Transformados a su imagenMuestra

La transformación requiere que permanezcamos firmes en la libertad. Es justamente este proceso de ser revestidos de Cristo, lo que nos habilita para ser libres. Solamente permaneciendo en esta libertad podemos llevar su imagen en nosotros. Solo una persona transformada puede ser libre.
Al abrazar la fe, cuando creemos en la obra redentora de Jesús y recibimos al Espíritu Santo, ya hemos sido liberados del pecado. Ya no estamos más bajo el yugo de la muerte. Sin embargo, se requiere que permanezcamos en esta libertad. Depende de nosotros que realmente podamos ejercer esta libertad. Si seguimos viviendo como si fuésemos todavía esclavos, no estamos ejerciendo la libertad que ya nos ha sido otorgada. A veces tenemos un concepto enajenado de libertad. El mundo nos habla de ser libres para perseguir nuestros sueños, para ser nosotros mismos, realizar nuestra propia voluntad. Esta es una falsa libertad, implica seguir siendo esclavos de los valores de nuestra cultura, imitando a otros.
Implica ser sometidos por nuestras ambiciones personales, por nuestra carne, por el pecado. Solamente en Cristo podemos ser libres, porque la libertad no es hacer lo que queremos, sino ser restaurados, recuperar la condición original para la cual fuimos diseñados, restablecer nuestro propósito. La libertad a la que Dios nos llama es mucho más trascendental y poderosa que la libertad mundana, implica el sometimiento de la voluntad propia, la rendición de nuestro ser, menguar para que Cristo abunde en nosotros. La verdadera libertad significa ser esclavos de Cristo por amor. Solo en el amor de Dios somos esclavos de su voluntad (morimos al yo) y libres para hacer su obra (Cristo vive en nosotros).
De manera que, solamente crucificando nuestra carne podemos tener nueva vida en Jesús. Esa es la verdadera libertad que nos da la transformación conforme a su imagen. Pero es necesario que permanezcamos en esa libertad. Recordando al pueblo de Israel y su liberación de la esclavitud, vemos que no solamente fue necesario que Dios los sacara de Egipto, sino que tuvieron que pasar por un proceso de restauración y purificación en el desierto donde Dios quitaría el yugo de sus corazones. Ante las dificultades, en numerosas ocasiones, el pueblo quiso regresar a Egipto y aún añoró volver a la esclavitud.
Una vez hemos sido liberados, tenemos la tendencia de minimizar el penoso estado en el que nos encontrábamos. Pero el pueblo ciertamente estaba mejor en el desierto, la Palabra dice que en Egipto el pueblo clamaba por la opresión a la que estaban sometidos. A veces, nos encontramos en una situación parecida a la del pueblo de Israel, Dios ya nos ha liberado de Egipto, pero todavía es necesario romper el yugo de nuestro corazón. Solo en Cristo podemos romper ese yugo, solo mediante la crucifixión de nuestro YO y nuestra rendición a su voluntad podemos ser realmente libres. Cada creyente, cada día, debe pasar por un Getsemaní propio, y al igual que Jesús, orar: “[…] no sea como yo quiero, sino como tú quieras” (Mateo 26:39 LBLA).
Oración
Señor, gracias por tu obra en la cruz. Gracias porque me has hecho libre, me has sacado de la muerte y me has dado una nueva vida. Señor, quita de mi corazón todo lo que estorba para que tu imagen sea reflejada en mí. Revélame las cosas que me impiden hacer tu voluntad, dónde aún estoy actuando bajo el yugo de la esclavitud. Jesús, tú eres la luz, disipa las tinieblas, ilumina hasta el lugar más recóndito de mi corazón y muéstrame qué áreas de mi vida no te he entregado complemente, a qué me sigo aferrando, qué trono aún no he rendido a tus pies. Ayúdame a permanecer en tu libertad. Dame fuerza y constancia para ofrecerme como sacrificio vivo delante de ti. No quiero vivir para mí, sino que realmente tú vivas en mí. Amén.
Acerca de este Plan

Dios nos ha llamado a ser transformados a su imagen. Habiendo nacido en pecado, necesitamos rendir nuestras vidas a Dios y morir al YO para que Él viva en nosotros. Este plan te ayudará a entender cómo ser transformados a imagen de Jesús y qué relevancia tiene este propósito para el mundo. Podemos reflejar a Jesús en la medida en que nos acercamos a Él y le buscamos.
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Nos gustaría agradecer a Marco Daniel Mosquera Lozano por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.instagram.com/marco_mosquera_?igsh=OXJ6eHQ5a2gyMnRy&utm_source=qr
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