Grupos Pequeños: La Gestión Del LíderMuestra

Día 12: Los peligros de un grupo pequeño

Los grupos pequeños son espacios bendecidos para el crecimiento, la comunión y el discipulado. Sin embargo, también enfrentan riesgos que, si no son abordados con sabiduría, pueden desvirtuar su propósito. Reconocer estos peligros no es motivo de miedo, sino una invitación a estar alerta, depender del Espíritu Santo y ejercer un liderazgo responsable y saludable.

Uno de los mayores peligros es la centralización en una sola persona. Cuando el líder se convierte en el “dueño” del grupo, y no en un siervo facilitador, el ambiente se contamina de control, dependencia o idolatría. En lugar de formar discípulos que crecen y multiplican, se forma un grupo que gira alrededor de una personalidad. Esto anula el propósito mismo del liderazgo compartido y la edificación mutua.

Otro peligro es el aislamiento. Algunos grupos pueden cerrarse sobre sí mismos, evitando la rendición de cuentas con la iglesia local o el liderazgo pastoral. Esta falta de conexión puede derivar en falsas doctrinas, prácticas nocivas o actitudes de independencia que dañan el cuerpo de Cristo. Un grupo saludable reconoce su rol dentro de la iglesia más amplia y se mantiene en unidad con ella.

La falta de límites también puede traer problemas. En la intimidad del grupo, pueden surgir relaciones confusas, codependencias o incluso abusos emocionales si no se cultiva un ambiente de respeto, confidencialidad y estructura. Es responsabilidad del líder modelar sanidad, respeto y transparencia.

Además, existe el riesgo de caer en la rutina o la superficialidad. Cuando los encuentros se vuelven repetitivos, sin propósito ni profundidad, el grupo pierde su poder transformador. La Palabra de Dios, la oración, el servicio y el acompañamiento deben estar siempre presentes como columnas fundamentales.

Finalmente, uno de los peligros más sutiles es olvidar el propósito. Un grupo pequeño no es solo un círculo de amigos, sino una herramienta de discipulado. No es un fin en sí mismo, sino un medio para que las personas conozcan a Cristo, maduren en la fe y alcancen a otros.

Aplicación práctica: Reflexiona: ¿Tu grupo está cayendo en alguno de estos peligros? Habla con tu líder o pastor y propón revisar el enfoque y las prácticas actuales del grupo.