Los Lenguajes Del Amor Para MatrimoniosMuestra

Visión borrosa

Según Jesús, si tratas de mejorar tu matrimonio tratando de cambiar a tu cónyuge (esforzándote en quitar la paja del ojo de tu cónyuge), estás centrando tus fuerzas en el lugar equivocado. Donde hay que comenzar es con tus propias faltas: la viga que hay en tu ojo.

Con esto no pretendo sugerir que tu cónyuge no tiene debilidades o faltas, sino que comenzar por sus faltas no es lo indicado. En medio de una crisis matrimonial, las primeras preguntas que deberías hacer son: “¿Qué estoy haciendo mal? ¿Cuáles son mis faltas?”. Esta estrategia podría parecer extraña. Después de todo, podrías sentir que a tu cónyuge le corresponde el 95% del problema. Y aunque no eres perfecto/a, tus faltas podrían parecer relativamente menores. Incluso si esto es cierto (aunque el porcentaje de la culpa podría cambiar después de una profunda reflexión), la clave para una mejora sigue estando en ti. Jesús instruyó: “saca primero la viga de tu propio ojo”.

¿Cuál es la técnica para hacer esto? ¿Cómo quitas la “viga” de tu ojo? Primero, apártate a solas con Dios, preferiblemente en un lugar donde puedas hablar en voz alta. (Si sientes una fuerte animosidad contra tu cónyuge, es aconsejable hacer de antemano una lista de sus faltas para que te ayude a liberar tu mente psicológicamente y así poder tratar con tus propias faltas). Segundo, pídele a Dios que te muestre tus faltas. Tercero, escucha atentamente y en silencio, y luego reconoce tus propias faltas. Solo entonces verás con claridad suficiente para ocuparte de las faltas de tu cónyuge.

Reflexión y estudio
Conversa y reflexiona con tu cónyuge sobre estas preguntas:

• ¿Por qué es mucho más fácil ver los pecados de tu cónyuge que los tuyos propios?
• ¿Por qué es cierta y eficaz la fórmula de Jesús de quitar tu propio pecado antes de ocuparte del pecado del otro?
• ¿Qué rol, si hay alguno, tienen tú y tu cónyuge a la hora de señalar los pecados del otro?

Medita en estos pasajes para un estudio adicional sobre el conflicto: Juan 8:1-11; Romanos 2:1-4; Santiago 4:11-12.

Guía de oración
Pide a Dios que te ayude a tratar con tu propio pecado en vez de obsesionarte con el de tu cónyuge; que te ayude a ser consciente de tus propios errores en vez de ser hipócrita.