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Escuchando a Dios por tus hijos

Mis hijos nunca encajaron en ningún molde. De hecho, tuve algunos (en particular uno) que siempre se metían en problemas dondequiera que íbamos. Por lo general, yo era la madre que salía del grupo de juego con un niño llorando y a menudo me sentía desanimada y triste porque ir a lugares con este niño era muy difícil. Mi dulce pequeña Christie a menudo era desobediente y la que con frecuencia tenía su dedito del pie justo al borde de la línea que le decías que no cruzara.

El corazón de mi madre oraba por mi pequeña niña, y yo clamaba a Dios día y noche pidiendo ayuda y sabiduría. Durante ese tiempo, Dios nos habló a mí y a mi esposo y nos dimos cuenta del poder de enfocarnos en lo bueno de las personas y verlas como podrían llegar a ser, no como son actualmente. Ambos acordamos aplicar este principio de hablar de las cosas que aún no existen como si fueran reales (Romanos 4:17) a nuestra hija. Mi hija no se portaba bien todo el tiempo, pero comenzamos a tratarla como si fuera la persona dulce, piadosa y con un propósito en la que podría convertirse. Creo que este hábito cambió nuestra relación con Christie y preparó el terreno para la hermosa y cercana relación que todos disfrutamos ahora como familia.

Mamá, a Dios le encanta cuando acudes a Él y le pides sabiduría para tus hijos. También le encanta cuando le pides que te muestre el corazón de tu hijo y busques Sus palabras para resaltar lo bueno que hay en él, en lugar de ver solo sus defectos. ¡Escucha el podcast de hoy y aprende nuevas ideas para resaltar las GRANDES cosas de tu hijo! ¡Los niños están a la altura de lo que se espera de ellos!

Preguntas para hacerle a Dios durante tu tiempo de tranquilidad:

1. Dios, ¿cómo ves a mi hijo?
2. ¿Cómo puedo animar a mi hijo hoy con mis palabras?
3. Si tu hijo está pasando por una temporada de desobediencia, hazle esta pregunta: Espíritu Santo, muéstrame el corazón de mi hijo y lo que realmente está sucediendo. Ayúdame a ver las cosas buenas que mi hijo está haciendo y ayúdame a explicárselo con mis palabras.
4. Dios, dame una idea del llamado y el don que has puesto en mi hijo. Ayúdame a saber cómo “hablar de cosas que no existen como si fueran reales”.

¡Estamos orando por ti mientras hablas vida sobre tus hijos!