Liberándote de la PornografíaMuestra

¡Espero que hayas descansado y hecho deporte porque hoy toca un gran reto!

Verás, nuestra generación tiene un claro problema y es que vivimos muy cómodos. No estamos acostumbrados a los sacrificios y solemos dejarnos llevar por la apetencia. Esto provoca en nosotros espíritus débiles a los que les cuesta mucho enfrentarse al sacrificio. Nos es difícil madrugar, no tener mucho tiempo de ocio, limpiar, estudiar… ¡y nos quejamos por todo! Esto hace que la disciplina esté lejos de nosotros y que no podamos comprometernos con aquello que queremos y no nos apetece.

La disciplina es comprometerse con uno mismo y hacer lo que sabes que debes hacer sin ceder ante las excusas o el poco ánimo. ¿Y cómo podemos ser más disciplinados? Asumiendo sacrificios que, además, tienen un alto valor espiritual. Por ejemplo, Jesús nos dice que hay demonios que sólo salen con ayuno y oración. Hay muchos personajes bíblicos que ayunan, el mismo Jesús es uno de ellos. ¿Y para que lo hacen? Pues depende, a veces por penitencia como hizo el rey David, en otras ocasiones para prepararse para una misión como hicieron Jesús o Moisés, a veces para obtener un favor de Dios como la reina Esther y otras veces porque así lo exigían las circunstancias como le pasó a Daniel. El ayuno tiene valor y, sobre todo, te ayuda a ti. Yo no te voy a proponer que ayunes todo el día, creo que ya estás haciendo cosas exigentes y sumarte esto sería demasiado. Sin embargo, sí puedes hacer alguna experiencia que te ayude a morir a ti mismo simplemente porque te viene bien negarte algo de vez en cuando o hacer algo que no te apetece. No tienes que llenar tu día de cosas desagradables ni mucho menos, el placer es súper bueno y Dios lo ha creado, pero para vivirlo adecuadamente y disfrutarlo debemos ser moderados. Con un pequeño sacrificio al día es suficiente.

Te propongo dos alternativas. Si estás consolidando adecuadamente el hábito del deporte o del sueño puedes asumir un sacrificio distinto (decir que no a un dulce, tomar agua en vez de un refresco, ducharse en agua fría, no usar redes sociales durante un día, limpiar partes de la casa que no tienes que hacer tú necesariamente, hacer tareas pendientes que estabas procrastinando, etc.). Si, por el contrario, adquirir los hábitos del deporte y el sueño te está costando trabajo, procura que el sacrificio esté relacionado con esto para favorecer uno de esos dos hábitos.

Pídele al Espíritu Santo luz para saber su voluntad en este asunto y decide de su mano que vas a hacer para morir algo más a ti mismo.

¡Ánimo con la lucha, eres increíble! Que Dios te bendiga.