Liberándote de la PornografíaMuestra

¡Continuamos con buen ánimo! Celebra que sigues luchando y alégrate de que Dios está contigo. Espero que hoy hayas dormido bien, que estés muy descansado y que te sientas lleno de energía gracias al deporte que estás haciendo.

Si es lo contrario, ya has abandonado el deporte y estás súper cansado, ¡no pierdas la esperanza! Retoma el deporte y, si es necesario, reduce el tiempo que te habías planteado al principio (es mejor hacer tres minutos de deporte al día que no hacer nada en absoluto).

Hoy vamos a profundizar en el nombre de Jesús. El nombre de Jesús tiene poder. Él es Dios, Santo, Bueno, Poderoso. Decir su nombre hace que toda rodilla se doble y toda lengua proclame que Jesucristo es Señor para gloria de Dios Padre. Como cristianos, cuando estamos ante una debilidad o nos sentimos perdidos, debemos declarar con fe el nombre de Jesús. Sólo haciendo esto espantamos demonios y tentaciones y viene a nosotros el Espíritu Santo.

El demonio quiere que estés atrapado en la pornografía no sólo porque así acaba con tu pureza, sino porque así ataca a tu familia, a esa que estás llamado a formar, o incluso a tu futuro ministerio sea cual fuera. Esta adicción entra en lo más profundo y es capaz de destrozar matrimonios, a los hijos e incluso a las personas a nuestro cargo. Tiene un efecto nocivo y se cuela en lo más profundo. No estás peleando en esto por ti, lo estás haciendo por tu futura esposa o esposo, por tus futuros hijos e incluso nietos, por las personas que necesitarán de ti.

Por eso, aprender a decir el nombre de Jesús es algo sumamente poderoso. Cuando sientas tentación, no le des paso y declara el nombre de Jesús. Repítelo las veces que haga falta y no des opciones al pecado a dominar tu vida.

Hoy te invito a hacer esto en la oración, lee los textos propuestos y detente lo que necesites en cada uno para que la Palabra penetre en tu corazón. Al terminar, repite el nombre de Jesús. Cierra los ojos si lo prefieres, dilo en voz alta o baja, pero dilo con fe y nota el efecto real que tiene en ti. Además, haz algo para recordarte repetir su nombre hoy a lo largo del día. Una pulsera o una marca en la mano y, cada vez que la veas, declara el nombre de Jesús.

Dios te ama, Dios tiene poder, Dios salva y Dios te restaura. Le damos gracias a Dios por todo esto y declaramos que sólo para Él es la gloria. El Señor te bendiga, estoy contigo en la oración.