Exploremos el libro de Hechos: el Espíritu SantoMuestra

Testigos audaces

Mediante el poder del Espíritu Santo, Pedro y Juan sanaron a un hombre que pedía limosna fuera del templo (Hechos 3:1-10). Como en Pentecostés, Pedro aprovechó el asombro de la multitud para predicar con valentía sobre la muerte y resurrección de Jesús, lo que provocó que otro gran número de personas vinieran a la fe y disgustó a los líderes religiosos (Hechos 4:2). Estos líderes no lograron acallar el audaz testimonio de los discípulos, aunque encarcelaron a Pedro y a Juan por una noche y les ordenaron que dejaran de hablar de Jesús. En su lugar, los creyentes oraron para que Dios hiciera más señales y prodigios y aumentara su valentía en la evangelización.

Lee Hechos 4:7-31 y luego considera:

1. Tal como lo habían hecho con Jesús, los líderes religiosos se preguntan: ¿De dónde vino el poder sanador de Pedro y Juan? ¿Cómo aprovecha Pedro esta pregunta?
2. ¿Qué está en juego para los líderes religiosos en esta situación? ¿Qué está en juego para los creyentes?
3. Nota la respuesta de Dios a la oración de ellos (Hechos 4:31). ¿Cuál es el significado de que estos creyentes fueran llenados del Espíritu Santo nuevamente? ¿Cómo nos desafía hoy la conexión entre la llenura del Espíritu y la valentía en el testimonio?
4. ¿Con qué frecuencia oras por ti y por otros para que sean valientes en la evangelización? ¿Cómo lo estás invitando Dios a cambiar tu forma de orar?