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Sedientos

DÍA 3 DE 3

Jesús nos recuerda que, aunque nuestra carne es débil, nuestro espíritu desea y tiene sed de Dios. Pero para beber, uno debe tomar parte activa y tomar el agua. Quien debe ir a la fuente, eres tú. Jesús ya está allí. Esperándote. Deseando darte el agua de vida eterna que sacia tu sed por siempre.

La Palabra de Dios nos revela aquello que Él quiere decirnos, pero la oración es una vía de doble sentido. Hablas con Dios y él responde. A veces, con palabras, a veces con acciones, pero siempre responde. Entre muchas otras cosas, Jesús enseñó a sus discípulos a ser perseverantes en la oración, tal vez no la necesitaban cuando estaban con Él, podían hablarle directamente, pero la iban a necesitar cuando él ascendiera al cielo. Y de hecho, así fue. El Espíritu Santo descendió sobre ellos y desde entonces, todos los creyentes de todas las épocas, sabemos que tenemos el canal de la oración para acudir a la fuente y saciar nuestra sed.

Sin embargo, la oración es algo que debemos ejercitar, porque nuestra carne es débil, y el músculo de la oración debe ser más fuerte. Por eso Jesús nos invita a pedir, esto nos pone en una posición de implicación. Nos dice que busquemos, lo cual nos hace estar siempre activos, somos responsables de mantener viva la oración. Y nos recuerda que cuando llamamos, Él está a la puerta, para abrirla.

Escritura

Día 2

Acerca de este Plan

Sedientos

Este plan de 3 días pretende ser un impulso para reactivar o impulsar tu vida devocional. Necesitamos a Dios mucho más de lo que imaginamos. Estamos sedientos incluso cuando no somos conscientes de ello. A través de esto...

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Nos gustaría agradecer a Facultad de Teología Asambleas de Dios de España por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.cstad.edu.es/

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