La Última Semana De Jesús en JerusalénMuestra

Jesús descansó

Sabemos por el Evangelio de Juan, que antes de ir a Jerusalén a celebrar la Pascua, Jesús viajó a Betania a casa de sus amigos, Lázaro, Marta y María. Betania era una pequeña población que quedaba a media hora de camino hacia Jerusalén. Jesús decidió hospedarse allí para pasar la Pascua. Todos los días en esa última semana, menos el miércoles, Jesús caminó por media hora hacia Jerusalén y más específicamente hacia el templo, y enseñó en los atrios las verdades del Reino de su Padre Celestial. Por las noches, antes de regresar a Betania, iba a orar con sus discípulos al huerto o Monte de los Olivos.

El lunes, al igual que el martes, fueron días de intensa actividad espiritual para Jesús pues no sólo expulsó de su templo a los que habían convertido la casa de oración en una cueva de ladrones; sino que también, a causa de lo anterior, se suscitaron todo tipo de controversias en su contra por parte de los líderes religiosos que procuraban tenderle una trampa.

Muy seguramente, Jesús decidió descansar el miércoles luego de haber pasado por tres días de intensa labor ministerial. Al ver a Jesús apartar un día en medio de su jornada para descansar en Dios, redescubro que uno de los valores fundamentales perdidos en el Edén, pero recuperados en Cristo, es el descanso o reposo en Dios.

Nuestras vidas se han vuelto tan desordenadas con cosas que pensamos que “debemos hacer para Dios”, que no logramos entender cómo realmente Dios quiere que vivamos para su Gloria.

En otras palabras, qué “se supone que deberíamos estar haciendo”. Por tanto, establecer límites en nuestras vidas es la única forma de garantizar que nos mantendremos enfocados en Dios, dando el fruto que Él espera de nuestra labor y, de paso, desarrollemos vidas saludables, física, mental y espiritualmente.

"Porque así ha dicho el SeñorDios, el Santo de Israel: En arrepentimiento y en repososeréis salvos;
en quietud y confianzaestá vuestro poder." (Isaias 30:15)

¡Medita en esto!