Autoengaño – Santiago 1:19-27

Santiago hace eco de la enseñanza de Jesús en el Sermón del Monte. Sus palabras llegan directamente al corazón. Estas palabras son para los creyentes. El Espíritu Santo nos da verdad y guía para ser más semejantes a Cristo. Por tanto, Santiago llama a los creyentes a actuar. “Tengan presente, deben estar listos, deben ser lentos, despójense, reciban con humildad” son todas acciones que Santiago ordena. Poner en práctica la Palabra de Dios, de la manera que Dios quiere, produce humildad, imparcialidad y compasión.

Cuando los creyentes se someten gozosamente a Dios, no son engañados. Dios es Dios, y los creyentes son agradecidos y dependen de Él para vivir. Tu relación con Él se hará evidente en tus palabras, tu temperamento, tu integridad y la prioridad de servir a los demás, especialmente a los necesitados.

Controlar la lengua: la carta de Santiago enseña el valor de nuestras palabras como ningún otro escritor bíblico. Él mismo había negado y ridiculizado abiertamente las afirmaciones de Jesús en cuanto a Su deidad, hasta después de la resurrección del Señor.(17) Por eso, sabía cuánto sufrimiento pueden causar las palabras. Aquí dice que las palabras pronunciadas por ira no pueden producir la justicia de Dios. Jesús dijo que las palabras airadas son prueba de que hay deseos homicidas actuando en el corazón.(18)

Una vida recta: ¿Cómo debemos vivir? Dios desea que los creyentes se despojen “de toda inmundicia y de la maldad que tanto abunda”. La Palabra de Dios revela el problema de nuestra corrupción moral, y la solución: acudir a Dios con fe para ser limpiados de pecado. Santiago dice que la Biblia es como un espejo que nos muestra nuestra verdadera condición. Si los creyentes ven su pecado, pero no se apartan de él por el poder de Dios, son necios, engañados por una religión inútil.

Cuidar de los necesitados: La fe es “religión pura” cuando los creyentes participan en el sufrimiento del otro para dar el amor de Cristo. Esta inversión sacrificial para la gloria de Dios es la forma en que Cristo vino por nosotros. Los huérfanos y las viudas representan la clase más baja en una sociedad codiciosa. Cuando cuidamos de los verdaderamente necesitados, no podemos esperar nada a cambio.

Los creyentes, además, deben resistirse a entrar en pecado o disfrutar cualquier aspecto de su presencia en el mundo. Esto exige honestidad y responsabilidad. Tanto al ayudar a los demás como al resistirse al pecado, los creyentes colaboran con el Espíritu y obedecen la Palabra de Dios, que ordena que nos abstengamos de ser contaminados por el mundo.

Las palabras que se traducen ‘religioso’ y ‘religión’ en los versículos 26-27 significan reverencia o temor de Dios que se demuestra por medio de la conducta. La fe auténtica, esa “religión pura”, muestra el gozo de la salvación por medio del servicio. Esta es la religión de quienes no solo escuchan la Palabra, sino también la ponen en práctica. Escuchar sin hacer solo lleva al autoengaño. Hacer sin escuchar es, generalmente, un esfuerzo por ganar el favor de Dios basándose en las obras.

Preguntas

P4. ¿Qué mandamientos te llaman la atención y por qué?

P5. ¿Qué impacto tiene el estudio de la Biblia en tu actitud y tus acciones?

P6. ¿Cómo puedes ayudar a los necesitados y marginados en tu comunidad?

Versos Relacionados

17: La incredulidad de Santiago: Juan 7:5

18: Palabras airadas: Mateo 5:21-22