7 Días de esperanza para superar trastornos de conducta alimentariaMuestra

Confianza, propósito y gozo

Servimos a un Dios asombroso que es paz, verdad, y amor. Desafortunadamente, también tenemos un enemigo que solo viene a robar, matar y destruir. Lo único que quiere es robar nuestra confianza, matar nuestro propósito y destruir nuestro gozo.

«El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir». (Juan 10:10)

Sin confianza, te sientes paralizado, incapaz de moverte o dar un paso porque temes fracasar o ser rechazado. Cuando te roban la confianza, se hace difícil vivir de acuerdo a la valentía a la que Dios te ha llamado, y es probable que empieces a dejar de abrir tu corazón a los que te rodean. Cuando ya no tienes la capacidad de abrir tu corazón, se construyen muros que te impiden recibir el amor que tu alma necesita profundamente para sentirte amado y afirmado por los demás.

Sin propósito, a veces es difícil incluso levantarse de la cama. Si te dejas llevar por la inseguridad, el enemigo sabe que dudarás en seguir el llamado de Dios a compartir sus buenas nuevas con el mundo. Cada uno de nosotros ha sido creado con talentos y pasiones específicos que Dios quiere que utilicemos para llevar a las personas a una relación con Él. Si estamos demasiado ocupados dudando de nosotros mismos y llenando nuestras mentes con todas las razones por las que no estamos calificados o no somos lo suficientemente buenos para hacer lo que Él nos pide, nunca cumpliremos el propósito que Dios ha diseñado para nosotros, y el enemigo habrá ganado.

Sin gozo, estarás caminando vacío, dependiendo del mundo para que te dé algo de felicidad. El gozo solo se encuentra en los corazones de aquellos que habitan en Dios y creen que Él es fiel aún cuando los tiempos son difíciles. 1 de Pedro 1:8 dice que “aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso”. El enemigo no es más que un ladrón; una vez que te roba el verdadero gozo y te hace depender de este mundo roto para ser feliz, sabe que será mucho más fácil romperte a ti también.

¡Pero siempre hay esperanza! Si continuamos leyendo Juan 10:10, el Señor nos asegura, “yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”. Imagina volver a tener una vida plena. ¿Imaginas cómo sería vivir libre por completo de adicciones, hábitos y la ansiedad que nubla tu mente? ¿Vivir con la seguridad de que Dios te ha llamado y estimado digno para un propósito específico? Cuando le negamos al enemigo la oportunidad de robarnos, matarnos y destruirnos, Dios es capaz de llevarnos a una vida rica y abundante que trae honor y gloria a su nombre.

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