Jesús: Milagros Sin LímitesMuestra

LA ROSA ENCAPSULADA

¿Recuerdas aquella rosa encapsulada de la película de la Bella y la Bestia, en la que, si la Bestia no encontraba el amor, moriría?
A lo largo del caminar en nuestra vida, se nos presentan situaciones buenas, oportunidades únicas que son muy agradables de vivir; pero también vienen circunstancias y procesos difíciles de afrontar; como enfermedades y problemas, ya sean económicos, familiares, personales, etc., en los que queremos respuestas positivas y rápidas. Aquí es cuando nuestra fe es probada, y tenemos dos opciones: la primera, darnos a la queja y renegar o la segunda, verlo como una oportunidad de agradecer, de crecer y madurar en el perfecto propósito de Dios. Cuando nos rendimos y aceptamos la voluntad de Dios en la nuestra, es allí donde Él nos lleva a aprender a tener paciencia, confiados teniendo una buena actitud mientras esperamos lo que queremos ver. Este relato que nos describe el apóstol Juan 21:25 de su vivencia con su Amado Jesús, nos hace pensar en las historias de cada uno de nosotros, los Innumerables milagros que si pudiésemos contar o escribir no acabaríamos.

De la misma manera que dice el apóstol que cada día que vivimos es un milagro en el que Dios nos llena de bondades por las que debemos estar eternamente agradecidos, debemos que vernos así, como una rosa encapsulada, pero con la diferencia de ya haber encontrado el verdadero amor; protegidos y guardados ante cualquier situación, sabiendo que Dios está con nosotros , que somos suyos y que Él tiene el control, que no debemos temer porque él nunca nos abandona. Él nos da la fortaleza para continuar, aún si no vemos lo que deseamos. En ese momento es cuando Dios nos da la seguridad de saber que, si estamos en sus manos, nada malo nos podrá suceder y entendemos que Él es nuestro Padre bueno, Protector, Guardián, Escudo, Proveedor, Sanador y Refugio.

Un Jesús que nos ve, que no es ajeno a lo que nos pasa y nos ama con amor eterno. Sabiendo esto, podemos decir, que, aunque venga cualquier situación, ésta nos llevará a tener una dependencia del Todopoderoso, porque en Él está la victoria.

Debemos tener muy claro que en esta tierra estamos de paso y que el sea cual sea el proceso por el que estemos pasando, no es para siempre, que pertenecemos a otro reino y que vamos a por una eternidad con Él.

Por esto te animo a creer a Dios, a descansar en su bondad, en su eterno amor y su fidelidad.

Estos procesos de transformación que pasamos nos llevan a ser agradecidos con todo lo que tenemos, a tener dependencia, confianza y esperanza; creyendo que, con paciencia y perseverancia, tendremos lo que dice la palabra en Isaías 41:10:“Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudare; te sostendré con mi diestra victoriosa”.