La Comparación - El Enemigo Silencioso

El Agotamiendo De Los Pastores Y La Paz De Cristo

El Tesoro Del Sufrimiento

Caminando Juntos: Hombres Y Mujeres Construyendo en Unidad

La Adoración Como Un Estilo De Vida

Incluso Si ______.

Sin Filtros: Viviendo Como Verdaderos Hijos De Dios

Zaqueo: La Obediencia Inmediata

Legado: Encendamos una fe que permanece

Esperanza Que No Desespera

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 <div class="book bkMAT">
 <div class="chapter ch20" data-usfm="MAT.20">
 <div class="label">20</div><div class="s1">Par&#225;bola de los jornaleros contratados</div><div class="p"> 1El reino de los cielos puede compararse al amo de una finca que sali&#243; una ma&#241;ana temprano a contratar jornaleros para su vi&#241;a.#21,28.33. 2Convino con los jornaleros en pagarles el salario correspondiente a una jornada de trabajo, y los envi&#243; a la vi&#241;a. 3Hacia las nueve de la ma&#241;ana sali&#243; de nuevo y vio a otros jornaleros que estaban en la plaza sin hacer nada. 4Les dijo: &#171;Id tambi&#233;n vosotros a la vi&#241;a. Os pagar&#233; lo que sea justo&#187;. 5Y ellos fueron. Volvi&#243; a salir hacia el mediod&#237;a, y otra vez a las tres de la tarde, e hizo lo mismo. 6Finalmente, sobre las cinco de la tarde, volvi&#243; a la plaza y encontr&#243; otro grupo de desocupados. Les pregunt&#243;: &#171;&#191;Por qu&#233; est&#225;is aqu&#237; todo el d&#237;a sin hacer nada?&#187;. 7Le contestaron: &#171;Porque nadie nos ha contratado&#187;. &#201;l les dijo: &#171;Pues id tambi&#233;n vosotros a la vi&#241;a&#187;.</div><div class="p"> 8Al anochecer, el amo de la vi&#241;a orden&#243; a su capataz: &#171;Llama a los jornaleros y p&#225;gales su salario, empezando por los &#250;ltimos hasta los primeros&#187;.#Lv 19,13; 24,14-15. 9Se presentaron, pues, los que hab&#237;an comenzado a trabajar sobre las cinco de la tarde y cada uno recibi&#243; el salario correspondiente a una jornada completa. 10Entonces los que hab&#237;an estado trabajando desde la ma&#241;ana pensaron que recibir&#237;an m&#225;s; pero, cuando lleg&#243; su turno, recibieron el mismo salario. 11As&#237; que, al recibirlo, se pusieron a murmurar contra el amo 12diciendo: &#171;A estos que solo han trabajado una hora, les pagas lo mismo que a nosotros, que hemos trabajado toda la jornada soportando el calor del d&#237;a&#187;. 13Pero el amo contest&#243; a uno de ellos: &#171;Amigo, no te trato injustamente. &#191;No convinimos en que trabajar&#237;as por esa cantidad? 14Pues t&#243;mala y vete. Si yo quiero pagar a este que lleg&#243; a &#250;ltima hora lo mismo que a ti, 15&#191;no puedo hacer con lo m&#237;o lo que quiera? &#191;O es que mi generosidad va a provocar tu envidia?&#187;.#ver 6,23.</div><div class="p"> 16As&#237;, los que ahora son &#250;ltimos ser&#225;n los primeros, y los que ahora son primeros ser&#225;n los &#250;ltimos.#Mc 10,31; Lc 13,30.</div><div class="s1">Jes&#250;s anuncia por tercera vez su muerte y su resurrecci&#243;n</div><div class="r">(Mc 10,32-34; Lc 18,31-34)</div><div class="p"> 17Cuando Jes&#250;s iba de camino subiendo hacia Jerusal&#233;n, llam&#243; aparte a los doce disc&#237;pulos y les dijo:</div><div class="p"> 18&#8212;Ya veis que estamos subiendo a Jerusal&#233;n. All&#237; el Hijo del hombre ser&#225; entregado a los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley que lo condenar&#225;n a muerte;#16,21 y par.; 17,22 y par.; 26,2. 19luego lo pondr&#225;n en manos de extranjeros para que se burlen de &#233;l, lo golpeen y lo crucifiquen. Pero al tercer d&#237;a resucitar&#225;.</div><div class="s1">Petici&#243;n de los hijos de Zebedeo</div><div class="r">(Mc 10,35-45)</div><div class="p"> 20Por entonces se present&#243; a Jes&#250;s la madre de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, y se puso de rodillas con intenci&#243;n de pedirle algo.#4,21. 21Jes&#250;s le pregunt&#243;:</div><div class="p">&#8212;&#191;Qu&#233; es lo que deseas?</div><div class="p">Ella dijo:</div><div class="p">&#8212;Ordena que estos dos hijos m&#237;os se sienten en tu reino, el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.#ver Lc 22,30.</div><div class="p"> 22Jes&#250;s respondi&#243;:</div><div class="p">&#8212;No sab&#233;is lo que est&#225;is pidiendo. &#191;Pod&#233;is beber vosotros la misma copa de amargura que yo estoy a punto de beber?</div><div class="p">Ellos le contestaron:</div><div class="p">&#8212;&#161;S&#237;, podemos beberla!#Jn 18,11.</div><div class="p"> 23Jes&#250;s les dijo:</div><div class="p">&#8212;Pues bien, beber&#233;is mi copa de amargura; pero el que os sent&#233;is el uno a mi derecha y el otro a mi izquierda, no es cosa m&#237;a concederlo; eso es para quienes mi Padre lo ha reservado.#24,36; Hch 1,7.</div><div class="p"> 24Cuando los otros diez disc&#237;pulos oyeron esto, se sintieron muy molestos con los dos hermanos. 25Pero Jes&#250;s los reuni&#243; y les dijo:</div><div class="p">&#8212;Como muy bien sab&#233;is, los que gobiernan las naciones las someten a su dominio, y los poderosos las rigen desp&#243;ticamente. 26Pero entre vosotros no debe ser as&#237;. Antes bien, si alguno quiere ser grande, que se ponga al servicio de los dem&#225;s;#23,11; Mc 9,35; Lc 9,48; 22,25-27. 27y si alguno quiere ser principal, que se haga servidor de todos. 28De la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido para ser servido, sino para servir y dar su vida en pago de la libertad de todos.#Flp 2,7; 1 Tm 2,6.</div><div class="s1">Curaci&#243;n de dos ciegos</div><div class="r">(Mc 10,46-52; Lc 18,35-43)</div><div class="p"> 29Cuando sal&#237;an de Jeric&#243;, una multitud acompa&#241;aba a Jes&#250;s. 30En esto, dos ciegos que estaban sentados junto al camino, al o&#237;r que Jes&#250;s pasaba por all&#237;, se pusieron a gritar:</div><div class="p">&#8212;&#161;Se&#241;or, Hijo de David, ten compasi&#243;n de nosotros!#9,27-30; 15,22; Is 29,18; 35,5; Jn 9.</div><div class="p"> 31La gente les dec&#237;a que se callaran, pero ellos gritaban cada vez m&#225;s:</div><div class="p">&#8212;&#161;Se&#241;or, Hijo de David, ten compasi&#243;n de nosotros!</div><div class="p"> 32Entonces Jes&#250;s se detuvo, los llam&#243; y les pregunt&#243;:</div><div class="p">&#8212;&#191;Qu&#233; quer&#233;is que haga por vosotros?</div><div class="p"> 33Los ciegos le contestaron:</div><div class="p">&#8212;Se&#241;or, que podamos ver.</div><div class="p"> 34Jes&#250;s, conmovido, les toc&#243; los ojos, y al punto los ciegos recobraron la vista y se fueron tras &#233;l.#9,36 y par.</div>
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 <div class="chapter ch23" data-usfm="MAT.23">
 <div class="label">23</div><div class="s1">Jes&#250;s denuncia la hipocres&#237;a</div><div class="r">(Mc 12,38-40; Lc 11,43; 20,46)</div><div class="p"> 1Jes&#250;s se dirigi&#243; entonces a la gente y a sus propios disc&#237;pulos 2y les dijo:</div><div class="p">&#8212;Los maestros de la ley y los fariseos han sido los encargados de interpretar la ley de Mois&#233;s. 3Obedecedlos, pues, y cumplid cuanto os digan; pero no imit&#233;is su conducta, porque ellos mismos no hacen lo que ense&#241;an:#Ml 2,7-8. 4echan cargas pesadas e insoportables sobre los hombros de los dem&#225;s, pero ellos no est&#225;n dispuestos a mover ni siquiera un dedo para llevarlas. 5Todo lo hacen para que la gente los vea. Usan filacterias m&#225;s anchas y flecos m&#225;s largos que ning&#250;n otro;#6,1.5. 6les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes, sentarse en los lugares preferentes en las sinagogas,#Lc 14,7. 7ser saludados en p&#250;blico y que la gente los llame &#171;maestros&#187;. 8Vosotros, en cambio, no os hag&#225;is llamar &#171;maestro&#187;; vuestro &#250;nico maestro es Cristo y todos vosotros sois hermanos unos de otros. 9Ni tampoco llam&#233;is a nadie &#171;padre vuestro&#187; en este mundo, porque vuestro &#250;nico Padre es el del cielo. 10Ni tampoco os hag&#225;is llamar &#171;maestros&#187;, porque vuestro &#250;nico maestro es Cristo. 11El m&#225;s grande entre vosotros ser&#225; el que se ponga al servicio de los dem&#225;s.#20,26; Mc 9,35; 10,43-44; Lc 22,26-27. 12Al que se ensalce a s&#237; mismo, Dios lo humillar&#225;; pero al que se humille a s&#237; mismo, Dios lo ensalzar&#225;. #Is 2,9-17; Ez 21,31; Jb 22,29; Pr 29,23; Lc 14,11; 18,14.</div><div class="p"> 13&#161;Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos hip&#243;critas, que cerr&#225;is a la gente la entrada en el reino de los cielos! Ni entr&#225;is vosotros ni dej&#225;is entrar a los que quieren entrar.#5,20; 6,2.7; 7,5; 15,7.</div><div class="p">[14&#161;Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos hip&#243;critas, que devor&#225;is las haciendas de las viudas y que, para disimular, pronunci&#225;is largas oraciones! Por eso vosotros recibir&#233;is mayor castigo].#23,14: Este vers&#237;culo no figura en varios mss., entre los cuales se encuentran algunos de los m&#225;s antiguos y mejores. Por eso se coloca entre corchetes. </div><div class="p"> 15&#161;Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos hip&#243;critas, que recorr&#233;is tierra y mar en busca de un pros&#233;lito y, cuando lo hab&#233;is conseguido, hac&#233;is de &#233;l un modelo de maldad dos veces peor que vosotros mismos!</div><div class="p"> 16&#161;Ay de vosotros, gu&#237;as de ciegos, que dec&#237;s: &#171;Jurar por el Templo no compromete a nada. Lo que compromete es jurar por el oro del Templo&#187;!#15,14; 23,24; Rm 2,19. 17&#161;Est&#250;pidos y ciegos! &#191;Qu&#233; es m&#225;s importante, el oro o el Templo por el que el oro queda consagrado? 18Y dec&#237;s tambi&#233;n: &#171;Jurar por el altar no compromete a nada. Lo que compromete es jurar por la ofrenda que est&#225; sobre el altar&#187;. 19&#161;Ciegos! &#191;Qu&#233; es m&#225;s importante, la ofrenda o el altar por el que la ofrenda queda consagrada?#Ex 29,37. 20El que jura por el altar, jura tambi&#233;n por todo lo que hay sobre &#233;l; 21el que jura por el Templo, jura tambi&#233;n por aquel que vive dentro de &#233;l.#5,34; 1 Re 8,13; Is 66,1; Sal 26,8; Hch 7,49. 22Y el que jura por el cielo, jura tambi&#233;n por el trono de Dios y por Dios mismo, que se sienta en ese trono.</div><div class="p"> 23&#161;Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos hip&#243;critas, que ofrec&#233;is a Dios el diezmo de la menta, del an&#237;s y del comino, pero no os preocup&#225;is de lo m&#225;s importante de la ley, que es la justicia, la misericordia y la fe! Esto &#250;ltimo es lo que deber&#237;ais hacer, aunque sin dejar de cumplir tambi&#233;n lo otro.#Mi 6,8. 24&#161;Gu&#237;as ciegos, que col&#225;is el mosquito y os trag&#225;is el camello!#15,14; 23,16; Rm 2,19.</div><div class="p"> 25&#161;Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos hip&#243;critas, que limpi&#225;is por fuera la copa y el plato, mientras por dentro siguen sucios con el producto de vuestra rapacidad y codicia!#Mc 7,4. 26&#161;Fariseo ciego, limpia primero la copa por dentro, y as&#237; quedar&#225; limpia tambi&#233;n por fuera!#Jn 9,40.</div><div class="p"> 27&#161;Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos hip&#243;critas, que sois como sepulcros blanqueados, hermosos por fuera, pero llenos por dentro de huesos de muertos y de podredumbre!#Hch 23,3. 28As&#237; tambi&#233;n vosotros: os hac&#233;is pasar por justos delante de la gente, pero vuestro interior est&#225; lleno de hipocres&#237;a y maldad.</div><div class="p"> 29&#161;Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos hip&#243;critas, que constru&#237;s los sepulcros de los profetas y adorn&#225;is los monumentos funerarios de los justos 30diciendo: &#171;Si nosotros hubi&#233;ramos vivido en los tiempos de nuestros antepasados, no nos habr&#237;amos unido a ellos para derramar la sangre de los profetas&#187;! 31Pero con ello est&#225;is demostrando, contra vosotros mismos, que sois descendientes de los que asesinaron a los profetas.#Hch 7,52. 32&#161;Rematad, pues, vosotros la obra que comenzaron vuestros antepasados!</div><div class="p"> 33&#161;Serpientes! &#161;Hijos de v&#237;bora! &#191;C&#243;mo podr&#233;is escapar al castigo de la gehena?#3,7; 12,34; Lc 3,7. 34Porque mirad: yo voy a enviaros mensajeros, sabios y maestros de la ley; a unos los matar&#233;is y crucificar&#233;is, a otros los azotar&#233;is en vuestras sinagogas y perseguir&#233;is de ciudad en ciudad.#10,23; 21,35; Hch 7,52; 1 Ts 2,15. 35De ese modo os har&#233;is culpables de toda la sangre inocente derramada en este mundo, desde la sangre del justo Abel hasta la de Zacar&#237;as, el hijo de Baraqu&#237;as, a quien asesinasteis entre el santuario y el altar. 36&#161;Os aseguro que todo esto le ocurrir&#225; a la presente generaci&#243;n!</div><div class="s1">Lamento de Jes&#250;s por Jerusal&#233;n</div><div class="r">(Lc 13,34-35)</div><div class="p"> 37&#161;Jerusal&#233;n, Jerusal&#233;n, que matas a los profetas y apedreas a los mensajeros que Dios te env&#237;a! &#161;Cu&#225;ntas veces he querido reunir a tus hijos como la gallina re&#250;ne a sus pollitos bajo las alas, y vosotros os negasteis! 38Pues mirad: vuestra ciudad va a quedar desierta.#1 Re 9,7-8; Jr 12,7. 39Porque os digo que no volver&#233;is a verme hasta el momento en que dig&#225;is: &#171;Bendito el que viene en nombre del Se&#241;or&#187;.#21,9 y par.; Sal 118,26.</div>
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 <div class="chapter ch24" data-usfm="MAT.24">
 <div class="label">24</div><div class="s1">Jes&#250;s predice la destrucci&#243;n del Templo</div><div class="r">(Mc 13,1-2; Lc 21,5-6)</div><div class="p"> 1Jes&#250;s sali&#243; del Templo, y cuando ya se iba, sus disc&#237;pulos se acercaron a &#233;l para hacerle admirar las construcciones del Templo. 2Pero &#233;l les dijo:</div><div class="p">&#8212;&#191;Veis todo esto? Pues os aseguro que aqu&#237; no va a quedar piedra sobre piedra. &#161;Todo ser&#225; destruido!#Lc 19,44.</div><div class="s1">Los signos del fin del mundo</div><div class="r">(Mc 13,3-13; Lc 21,7-17)</div><div class="p"> 3Estaba Jes&#250;s sentado en la ladera del monte de los Olivos cuando se le acercaron aparte los disc&#237;pulos para preguntarle:</div><div class="p">&#8212;Dinos, &#191;cu&#225;ndo suceder&#225; todo esto? &#191;C&#243;mo sabremos que tu venida est&#225; cerca y que el fin del mundo se aproxima?#24,27; 1 Co 15,23; 1 Ts 2,19; Stg 5,7-8; 2 Pe 3,4.12.</div><div class="p"> 4Jes&#250;s les contest&#243;:</div><div class="p">&#8212;Tened cuidado de que nadie os enga&#241;e.#1 Jn 2,26; 3,7; Ap 13,14. 5Porque vendr&#225;n muchos en mi nombre, diciendo: &#171;Yo soy el Mes&#237;as&#187;, y enga&#241;ar&#225;n a mucha gente. 6Llegar&#225;n a vuestros o&#237;dos noticias de guerras y rumores de conflictos b&#233;licos. No os alarm&#233;is, pues, aunque todo esto tenga que suceder, todav&#237;a no ser&#225; el fin. 7Se levantar&#225;n unas naciones contra otras, y unos reinos contra otros, y por todas partes habr&#225; hambres y terremotos.#Is 19,2-7. 8Pero todas estas calamidades ser&#225;n solo el principio de los males que han de sobrevenir.#Is 13,8; Jn 16,21.</div><div class="p"> 9En aquellos d&#237;as os maltratar&#225;n y os matar&#225;n. Todo el mundo os odiar&#225; por causa de m&#237;.#10,17.22-23; Jn 15,18; 16,2. 10Ser&#225;n d&#237;as en que la fe de muchos correr&#225; peligro, mientras otros se traicionar&#225;n y se odiar&#225;n mutuamente. 11Aparecer&#225;n por todas partes falsos profetas, que enga&#241;ar&#225;n a muchos.#7,15; 2 Pe 2,1; 1 Jn 4,1. 12La maldad reinante ser&#225; tanta que el amor de mucha gente se enfriar&#225;. 13Pero el que se mantenga firme hasta el fin, ese se salvar&#225;.#10,22. 14Y este evangelio del reino se anunciar&#225; por todo el mundo, para que todas las naciones lo conozcan. Entonces llegar&#225; el fin.#26,13; 28,19; Mc 14,9; 16,15.</div><div class="s1">La gran tribulaci&#243;n</div><div class="r">(Mc 13,14-23; Lc 21,20-24)</div><div class="p"> 15Cuando ve&#225;is que en el lugar santo se instala el &#237;dolo abominable de la destrucci&#243;n anunciado por el profeta Daniel (medite en esto el que lo lea), 16entonces los que est&#233;n en Judea huyan a las monta&#241;as; 17el que est&#233; en la azotea no baje a la casa a recoger ninguna de sus cosas,#Lc 17,31. 18y el que est&#233; en el campo no regrese ni siquiera a recoger su manto. 19&#161;Ay de las mujeres embarazadas y de las que en esos d&#237;as est&#233;n criando! 20Orad para que cuando teng&#225;is que huir no sea ni invierno ni s&#225;bado, 21porque habr&#225; entonces tanto sufrimiento como no lo ha habido desde que el mundo existe ni volver&#225; a haberlo jam&#225;s.#Dn 12,1. 22Si Dios no acortara ese tiempo, nadie podr&#237;a salvarse. Pero &#233;l lo abreviar&#225; por causa de los elegidos.</div><div class="p"> 23Si alguien os dice entonces: &#171;Mirad, aqu&#237; est&#225; el Mes&#237;as&#187;, o bien: &#171;Mirad, est&#225; all&#237;&#187;, no lo cre&#225;is. 24Porque aparecer&#225;n falsos mes&#237;as y falsos profetas, que har&#225;n grandes se&#241;ales milagrosas y prodigios con objeto de enga&#241;ar, si fuera posible, incluso a los que Dios ha elegido.#24,5; Dt 13,2-4; 2 Ts 2,9-10; 1 Jn 2,18; Ap 13,13-14. 25Mirad que os lo advierto de antemano. 26As&#237; que si alguien os dice: &#171;El Mes&#237;as est&#225; en el desierto&#187;, no vay&#225;is all&#237;; y si os dice: &#171;Est&#225; escondido en lo m&#225;s secreto de la casa&#187;, no lo cre&#225;is. 27Pues como un rel&#225;mpago brilla en oriente y su resplandor se deja ver hasta occidente, as&#237; ser&#225; la venida del Hijo del hombre.#24,3. 28&#161;Donde est&#233; el cad&#225;ver, all&#237; se juntar&#225;n los buitres!#Lc 17,37.</div><div class="s1">La venida del Hijo del hombre</div><div class="r">(Mc 13,24-27; Lc 21,25-28)</div><div class="p"> 29En cuanto hayan pasado los sufrimientos de aquellos d&#237;as, el sol se oscurecer&#225; y la luna perder&#225; su brillo; las estrellas caer&#225;n del cielo y las fuerzas celestes se estremecer&#225;n.#Is 13,10; 34,4; Ez 32,7; Jl 2,10; 3,4; Ap 6,12-13. 30Entonces aparecer&#225; en el cielo la se&#241;al del Hijo del hombre, y todos los pueblos del mundo llorar&#225;n al ver que viene el Hijo del hombre sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria.#16,27; 26,64 y par.; Dn 7,13-14; Za 12,10-14; Ap 1,7. 31Y &#233;l enviar&#225; a sus &#225;ngeles para que a toque de trompeta convoquen a sus elegidos desde los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del cielo.#Dt 30,4; Is 27,13.</div><div class="s1">El ejemplo de la higuera</div><div class="r">(Mc 13,28-31; Lc 21,29-33)</div><div class="p"> 32Fijaos en el ejemplo de la higuera: cuando veis que sus ramas se ponen tiernas y comienzan a brotarles las hojas, conoc&#233;is que el verano se acerca. 33Pues de la misma manera, cuando ve&#225;is todo esto que os anuncio, sabed que el fin est&#225; cerca, a las puertas. 34Os aseguro que no pasar&#225; la actual generaci&#243;n sin que todo esto acontezca.#16,28; Lc 16,17. 35El cielo y la tierra pasar&#225;n, pero mis palabras no pasar&#225;n.</div><div class="s1">Invitaci&#243;n a la vigilancia</div><div class="r">(Mc 13,32-37; Lc 17,26-30.34-36)</div><div class="p"> 36En cuanto al d&#237;a y la hora, nadie sabe nada, ni los &#225;ngeles del cielo ni el Hijo#24,36: ni el Hijo: Bastantes mss., alguno de cierto valor, omiten estas palabras. ; solamente el Padre lo sabe.</div><div class="p"> 37La venida del Hijo del hombre puede compararse a lo que sucedi&#243; en tiempos de No&#233;.#Gn 6,9&#8211;7,24; 2 Pe 3,6. 38Porque en los d&#237;as anteriores al diluvio y hasta el momento en que No&#233; entr&#243; en el arca, la gente no dej&#243; de comer ni de beber ni de casarse. 39Nadie lleg&#243; a sospechar nada hasta que el diluvio los barri&#243; a todos. Lo mismo ser&#225; cuando venga el Hijo del hombre. 40Dos hombres estar&#225;n entonces trabajando en el campo; a uno se lo llevar&#225;n y dejar&#225;n al otro. 41Dos mujeres estar&#225;n moliendo: a una se la llevar&#225;n y dejar&#225;n a la otra. 42Estad, pues, vigilantes ya que no sab&#233;is en qu&#233; d&#237;a vendr&#225; vuestro Se&#241;or.#Mc 13,35-37; Lc 12,37-40; 21,36; 1 Co 16,13; 1 Ts 5,6; 1 Pe 5,8; Ap 16,15. 43Pensad que si el amo de la casa supiera a qu&#233; hora va a llegar el ladr&#243;n, vigilar&#237;a para impedir que le perforen la casa.#1 Ts 5,2; 2 Pe 3,10; Ap 3,3. 44As&#237; pues, estad tambi&#233;n vosotros preparados, porque cuando menos pens&#233;is, vendr&#225; el Hijo del hombre.</div><div class="s1">Fidelidad en el servicio</div><div class="r">(Lc 12,41-48)</div><div class="p"> 45Portaos como el criado fiel e inteligente a quien su amo pone al frente de la servidumbre para que les tenga la comida dispuesta a su hora. 46&#161;Feliz aquel criado a quien su amo, al llegar, encuentre cumpliendo con su deber! 47Os aseguro que le confiar&#225; el cuidado de toda su hacienda. 48Pero si otro criado es malo y piensa en su interior: &#171;Mi se&#241;or se retrasa&#187; 49y comienza a maltratar a sus compa&#241;eros y se junta a comer y a beber con borrachos, 50un d&#237;a, cuando menos lo espere, llegar&#225; de improviso su se&#241;or. 51Entonces lo castigar&#225; severamente d&#225;ndole un lugar entre los hip&#243;critas. All&#237; llorar&#225; y le rechinar&#225;n los dientes.</div>
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 <div class="book bkMAT">
 <div class="chapter ch25" data-usfm="MAT.25">
 <div class="label">25</div><div class="s1">Par&#225;bola de las diez muchachas</div><div class="p"> 1El reino de los cielos puede compararse a diez muchachas que en una boda tomaron sendas l&#225;mparas de aceite y salieron a recibir al novio.#Lc 12,35-36. 2Cinco de aquellas muchachas eran descuidadas, y las otras cinco previsoras.#7,24.26. 3Y sucedi&#243; que las descuidadas llevaron sus l&#225;mparas, pero olvidaron tomar el aceite necesario. 4En cambio, las previsoras, junto con las l&#225;mparas, llevaron tambi&#233;n alcuzas de aceite. 5Como el novio tardaba en llegar, les entr&#243; sue&#241;o a todas y se durmieron.#24,48 (ver 2 Pe 3,9). 6Cuando a eso de la medianoche se oy&#243; gritar: &#171;&#161;Ya viene el novio! &#161;Salid a recibirlo!&#187;, 7las diez muchachas se despertaron y comenzaron a preparar sus l&#225;mparas. 8Las descuidadas, dirigi&#233;ndose a las previsoras, les dijeron: &#171;Nuestras l&#225;mparas se est&#225;n apagando. Dadnos un poco de vuestro aceite&#187;. 9Las previsoras les contestaron: &#171;No podemos, porque entonces tampoco nosotras tendr&#237;amos bastante. Mejor es que acud&#225;is a quienes lo venden y lo compr&#233;is&#187;. 10Pero mientras estaban compr&#225;ndolo, lleg&#243; el novio, y las que lo ten&#237;an todo a punto entraron con &#233;l a la fiesta nupcial, y luego la puerta se cerr&#243;. 11M&#225;s tarde llegaron las otras muchachas y se pusieron a llamar: &#171;&#161;Se&#241;or, se&#241;or, &#225;brenos!&#187;.#7,23; Lc 13,25.27. 12Pero &#233;l les contest&#243;: &#171;Os aseguro que no s&#233; qui&#233;nes sois&#187;.</div><div class="p"> 13Estad, pues, muy atentos porque no sab&#233;is ni el d&#237;a ni la hora [de la venida del Hijo del hombre].#25,13: Numerosos mss. omiten el texto que est&#225; entre corchetes. #24,42-44; Mc 13,35-37; Lc 12,40.</div><div class="s1">Par&#225;bola del capital y los intereses</div><div class="p"> 14Igualmente [el reino de los cielos] es como un hombre que, al irse de viaje, reuni&#243; a sus criados y les confi&#243; la administraci&#243;n de sus negocios. 15A cada cual, de acuerdo con su capacidad, le confi&#243; una cantidad de dinero: a uno le entreg&#243; cinco talentos; a otro, dos; y a otro, uno. Luego emprendi&#243; su viaje. 16El que hab&#237;a recibido cinco talentos negoci&#243; con su capital y lo duplic&#243;. 17El que hab&#237;a recibido dos talentos hizo lo mismo, y tambi&#233;n duplic&#243; su capital. 18En cambio, el que solamente hab&#237;a recibido un talento, tom&#243; el dinero del amo, hizo un hoyo en el suelo y lo enterr&#243;. 19Al cabo de mucho tiempo regres&#243; el amo y se puso a hacer cuentas con sus criados.#18,23. 20Lleg&#243; el que hab&#237;a recibido los cinco talentos y, present&#225;ndole otros cinco, le dijo: &#171;Se&#241;or, t&#250; me entregaste cinco talentos; mira, he logrado duplicarlos&#187;. 21El amo le contest&#243;: &#171;Est&#225; muy bien. Has sido un administrador honrado y fiel. Y como has sido fiel en lo poco, yo te pondr&#233; al frente de mucho m&#225;s. Entra y participa en mi propia alegr&#237;a&#187;. 22Lleg&#243; despu&#233;s el que hab&#237;a recibido dos talentos, y dijo: &#171;Se&#241;or, t&#250; me entregaste dos talentos; mira, he logrado duplicarlos&#187;. 23El amo le dijo: &#171;Est&#225; muy bien. Has sido un administrador honrado y fiel. Y como has sido fiel en lo poco, yo te pondr&#233; al frente de mucho m&#225;s. Entra y participa en mi propia alegr&#237;a&#187;. 24Por &#250;ltimo, lleg&#243; el que solamente hab&#237;a recibido un talento, y dijo: &#171;Se&#241;or, yo sab&#237;a que eres un hombre duro, que pretendes cosechar donde no sembraste y recoger donde no esparciste. 25Tuve miedo y escond&#237; tu dinero bajo tierra. Aqu&#237; lo tienes&#187;. 26El amo le contest&#243;: &#171;Administrador malo y holgaz&#225;n: si sab&#237;as que yo cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido, 27&#191;por qu&#233; no llevaste mi dinero al banco? As&#237;, a mi regreso, yo habr&#237;a recibido el capital m&#225;s los intereses. 28&#161;Quitadle, pues, la parte que le confi&#233; y entreg&#225;dsela al que tiene diez partes! 29Porque a todo el que tiene, a&#250;n se le dar&#225; m&#225;s, y tendr&#225; de sobra; pero al que no tiene, hasta lo que tenga se le quitar&#225;. 30Y a este criado in&#250;til arrojadlo fuera, a la oscuridad. All&#237; llorar&#225; y le rechinar&#225;n los dientes&#187;.</div><div class="s1">El juicio final</div><div class="p"> 31Cuando el Hijo del hombre venga con todo su esplendor y acompa&#241;ado de todos sus &#225;ngeles, se sentar&#225; en su trono glorioso.#10,23; 13,41; 19,28; 24,42.44; Za 14,5; Jds 14; Ap 3,21; 20,11. 32Todos los habitantes del mundo ser&#225;n reunidos en su presencia, y &#233;l separar&#225; a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los machos cabr&#237;os,#Ez 34,17. 33poniendo las ovejas a un lado y los machos cabr&#237;os al otro. 34Luego el rey dir&#225; a los unos: &#171;Venid, benditos de mi Padre; recibid en propiedad el reino que se os ha preparado desde el principio del mundo.#Lc 12,32; 22,30. 35Porque estuve hambriento, y vosotros me disteis de comer; estuve sediento, y me disteis de beber; llegu&#233; como un extra&#241;o, y me recibisteis en vuestra casa;#Is 58,7; Pr 25,21; Lc 3,11; Rm 12,13; Heb 13,2-3; Stg 2,15-16; 1 Pe 4,9. 36no ten&#237;a ropa y me la disteis; estuve enfermo, y me visitasteis; en la c&#225;rcel, y fuisteis a verme&#187;. 37Entonces los justos le contestar&#225;n: &#171;Se&#241;or, &#191;cu&#225;ndo te vimos hambriento o sediento y te dimos de comer y beber? 38&#191;Cu&#225;ndo llegaste como un extra&#241;o y te recibimos en nuestras casas? &#191;Cu&#225;ndo te vimos sin ropa y te la dimos? 39&#191;Cu&#225;ndo estuviste enfermo o en la c&#225;rcel y fuimos a verte?&#187;. 40Y el rey les dir&#225;: &#171;Os aseguro que todo lo que hay&#225;is hecho en favor del m&#225;s peque&#241;o de mis hermanos, a m&#237; me lo hab&#233;is hecho&#187;.#10,40-42; Pr 19,17; Mc 9,41; Lc 9,48. 41A los otros, en cambio, dir&#225;: &#171;&#161;Apartaos de m&#237;, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus &#225;ngeles!#7,23; Mc 9,48; Jds 7; Ap 20,10. 42Porque estuve hambriento, y no me disteis de comer; estuve sediento, y no me disteis de beber; 43llegu&#233; como un extra&#241;o, y no me recibisteis en vuestra casa; me visteis sin ropa y no me la disteis; estuve enfermo y en la c&#225;rcel, y no me visitasteis&#187;. 44Entonces ellos contestar&#225;n: &#171;Se&#241;or, &#191;cu&#225;ndo te vimos hambriento, o sediento, o como un extra&#241;o, o sin ropa, o enfermo, o en la c&#225;rcel y no te ofrecimos ayuda?&#187;. 45Y &#233;l les dir&#225;: &#171;Os aseguro que cuanto no hicisteis en favor de estos m&#225;s peque&#241;os, tampoco conmigo lo hicisteis&#187;. 46De manera que estos ir&#225;n al castigo eterno; en cambio, los justos ir&#225;n a la vida eterna.#Dn 12,2; Jn 5,29.</div>
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