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Cumpliendo las reglas

De manera que la ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno. – Rom 7:12

Cuando era un estudiante, teníamos una regla que exigía el 75% de asistencia a una clase para poder tomar el examen final. ¿Pero por qué el 75% y no el 100%? Porque había razones válidas para perderse una clase, como estar enfermo. ¿Y cuál era el efecto de esta regla sobre las personas que no tenían ningún interés de estar en clase? Causaba que calcularan cuántos días podían pasar de asistir sin ser castigados. Aunque la regla era buena, el resultado era un comportamiento muy lejano a la intención. Por otra parte ¿qué de las personas a las que les gusta estudiar? Ellos estarían en clase de todas maneras y tendrían una asistencia del 100% si pudieran, aún si no hubiera ninguna regla que lo exigiera.

Eso es lo que Pablo dice sobre la ley en este versículo. Los mandamientos dados a Moisés para que cumplieran los istraelitas eran buenos. Enseñaban cómo debía comportarse el pueblo de Dios. Pero, mientras la ley podía mostrarles la forma correcta de vivir, la habilidad de cumplir con la ley sólo venía de una relación correcta con Dios.

Tratar de cumplir la ley sin una relación con Dios es lo que causa problemas con la ley. Cuando hacemos eso, nos convertimos en el primer grupo de estudiantes, calculando cuánto es el mínimo con lo que debemos cumplir. La ley se convierte en una carga y la obediencia en un esfuerzo como se describe en Rom 7:13-20.

Sin embargo, cuando tenemos una buena relación con Dios, nos convertimos en el segundo grupo de estuidantes que no necesitan reglas para hacer lo correcto. Porque nuestras actitudes son transformadas cuando venimos a Cristo, no necesitamos que la ley nos controle. Anhelaremos hacer lo correcto de todas maneras porque es lo que nos agrada hacer.

Es por eso que Pablo podía llamar a la ley buena y al mismo tiempo hablar en contra de los que se aferraban a observarla y trataban de imponerla a otros - porque la obediencia a la ley, por si misma, no nos asegura estar bien con Dios. Una relación correcta con Dios viene de tener fe en Él. Al mismo tiempo, no desechamos la ley porque nos muestra el tipo de comportamiento que agrada a Dios. Sin embargo, nuestra meta es tener una relación con Dios, no cumplir con las reglas. Y cuando tenemos eso, las reglas – aunque son buenas - se vuelven redundantes.

¿Cuál es tu actitud en cuanto a vivir una vida cristiana? ¿Tratas de hacer el mínimo requerido para que no te consideres "malo"? ¿O te deleitas en hacer lo que agrada a Dios?