La Gracia de DiosMuestra

Bajarte de la caminadora de ejecución

Una caminadora es una máquina de ejercicio que permite a alguien correr o caminar en un sitio donde una correa está continuamente en movimiento. Aunque la persona va acumulando pasos, permanece en el mismo lugar--físicamente no va a ninguna parte. 

Como seguidores de Jesús, frecuentemente hacemos cosas que pensamos que harán a Dios feliz o que lo harán amarnos más. Hacemos algo fuera del deber por Él en lugar de desde nuestra relación con Él. Pensamos que de alguna forma nuestra actividad nos acercará más a Él. Cuando estamos en este paso, estamos sin saberlo ubicándonos a nosotros mismos en una caminadora de ejecución—haciendo todas las cosas pero permaneciendo en el mismo lugar. Considere estas afirmaciones contrastantes:

• En lugar de leer la Biblia para ganar el amor de Dios, leemos para aprender acerca del amor de Dios. 
• En lugar de asistir a la iglesia para marcar una tarea espiritual, vamos a la iglesia para adorar a Dios con otros seguidores de Jesús.
• En lugar de sentirnos bien sobre nosotros mismos debido a lo que hacemos, encontramos nuestro valor en quien Dios dice que somos.

Al principio, la caminadora de ejecución se siente fácil. Pero con el tiempo, se vuelve más difícil mantenerse. Entonces, un día, nos bajamos y nos rendimos, porque estamos las cosas por las razones equivocadas. Siempre habrá otra actividad que pensamos deberíamos hacer para ganar el amor de Dios. Y si pensamos que Dios nos ama basados en sobre qué también ejecutamos, entonces siempre nos preguntaremos cuando Su amor cesará basados en si o no cumplimos nuestra meta.

Bajarse de la caminadora de ejecución es esencial para que vivamos libremente en Cristo. Nuestra relación con Dios debe ser la base de nuestra fe, no de nuestros trabajos. Podemos esquivar nuestro tiempo de oración y lectura bíblica cada día por un año, y el amor de Dios por nosotros no disminuirá un poco. Por supuesto, no nos sentiríamos cerca de Dios, pero eso es sólo debido a que no hemos pasado tiempo con Él. Esa es una falta de conexión, no una falta de amor. 

La salvación viene por gracia a través de la fe. Está concluida por siempre. No ganamos vida eterna por nuestros trabajos. Es la gracia la que nos salva y nuestras buenas obras son un producto de la salvación que hemos recibido.

Mientas terminamos este plan, recordemos que la gracia continuamente se renueva a sí misma. Con cada falla, tenemos que comenzar de nuevo como si nunca nos hemos equivocado. La gracia de Dios no es nunca una licencia para pecar, pero en su lugar, una oportunidad de llegar a ser un distribuidor de la gracia que hemos recibido. Cuando recordemos cuánto necesitamos la gracia, será fácil darla. 

Eso es por lo que es tan maravillosa la gracia de Dios.