No pierdas el corazón por Jason MeyerMuestra

Qué hacer cuando el presente te decepciona y el futuro te asusta
La decepción es la distancia entre lo que esperamos y lo que experimentamos. Ese principio se manifiesta en la brecha entre la vida que esperábamos tener y la vida que realmente tenemos. Hay miles de libros de autoayuda disponibles en la actualidad que le dicen a las personas cómo crear la vida que desean, pero la Biblia no habla de esa manera en absoluto. ¿Te imaginas decirle a la gente de la iglesia perseguida que lea un libro sobre cómo vivir su mejor vida? La Biblia nos saca del aquí y ahora y nos da el cuadro completo para que podamos luchar por la vista con los ojos de la eternidad.
“Porque esta leve aflicción momentánea nos prepara un eterno peso de gloria más allá de toda comparación. . .” (2 Corintios 4:17). El apóstol Pablo invirtió completamente la balanza. Vio la aflicción, pero no se desanimó porque eligió enfocarse en las cosas que son eternas. Esos sufrimientos son “ligeros” y “momentáneos” en comparación con la gloria que es pesada (“el peso”) y eterna (“eterna”). El problema que enfrentamos es que nuestras pruebas se sienten lejos de ser ligeras o temporales.
¿Cómo luchamos contra este sentimiento? Es una lucha por la vista para mirar más allá del sufrimiento presente y ver la gloria futura. En otras palabras, necesitamos el tipo de vista que pueda poner las cosas en su perspectiva y alcance adecuados. No nos desanimamos cuando sufrimos porque el sufrimiento que experimentamos ahora sirve a la gloria futura que no podemos ver. Esta perspectiva eterna no hace que nuestro sufrimiento actual carezca de sentido, sino que tenga sentido. Podemos soportar nuestro sufrimiento presente a la luz de su vínculo con nuestra gloria futura.
Nuestro futuro aquí en la tierra, sin embargo, es uno al que a menudo invitamos a nuestros miedos, imaginando lo que haríamos si tuviéramos que enfrentarlos. ¿Adónde vamos con un corazón y una mente hiperactivos y ansiosos? El problema no es que miremos hacia adelante, es que no miramos hacia adelante. ¿Por qué detenerse a mitad de camino en un lugar de incertidumbre y dificultad? No está mal ir allí, pero está mal quedarse allí.
Nuestro Padre celestial conoce cada uno de nuestros días desde el nacimiento hasta la muerte: “En tu libro fueron escritos, cada uno de ellos, los días que me fueron formados, cuando aún no había ninguno de ellos” (Sal. 139:16). Adelante, léelo de nuevo. Él ha escrito una conclusión eterna para nosotros en la que cada capítulo es mejor que el anterior.
Reconocer la decepción y el miedo requiere coraje. Haz esto hoy con el Señor en oración.
Acerca de este Plan

Las razones para el desánimo son fuertes, pero las razones para animarse y aferrarse a la esperanza son aún más fuertes. Debemos ver el panorama general. A través de la verdad bíblica y las historias personales, el autor, pastor y teólogo Jason Meyer alienta al creyente cansado y ansioso al arrojar luz sobre la naturaleza de la realidad, la naturaleza de Dios y la intersección de los dos en nuestra vida diaria. -vidas de carretera.
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