Comenzar una relación con JesúsMuestra

«Preguntas» Las personas a las que se les da bien el arte de las relaciones son a menudo las que hacen algunas de las mejores preguntas. En esto Dios es un profesional. Echa un vistazo a algunas de las preguntas más profundas de Dios: ¿Dónde estás? (Génesis 3:8-9) Justo al principio de la Biblia, Dios da a conocer este aspecto de su carácter a través de su relación con Adán y Eva: una relación de confianza, transparente y diaria. En Génesis 3 leemos cómo Adán y Eva escogieron apartarse de Dios y vivir una vida apartada de Él. Cuando la relación se rompió, Dios vino a buscarlos. No los buscaba para castigarlos o avergonzarlos, sino para restaurar la relación. También Dios está buscándote a ti cuando sientes que está revolviendo tu vida, para que puedas conocerle y vivir en una relación con él. ¿Qué quieres? (Juan 1:35-39) En Juan 1 vemos a Jesús preguntándole a unos hombres con curiosidad una de las preguntas de las que Dios hace. Les preguntó: «¿Qué queréis?» (Juan 1:38). Ellos esquivaron la pregunta y cambiaron de tema preguntándole a Jesús: «¿Dónde te hospedas?». Jesús, en lugar de darles una dirección real, les respondió: «Venid y ved» (Juan 1:39). En lugar de responderles les hizo una invitación. Muchos de nosotros le decimos a Dios a menudo: «Quiero algo de ti», mientras que Él nos dice: «Quiero estar contigo». ¿Quién decís que soy? (Mateo 16:13-15) Aquí empieza el cristianismo. Tu respuesta a esta pregunta es tu comienzo porque tendrás claro lo que piensas sobre Jesús. Afortunadamente, lo que Jesús dice sobre sí mismo está grabado en la Biblia, en Juan 10:36, Juan 11:25, Juan 10:11 y Juan 8:58. Son solo algunas de las declaraciones de Jesús sobre cómo respondería a las preguntas de su identidad. Pero no termina aquí, Él lo hace aún más personal. ¿Crees esto? (Juan 11:25-26) Jesús siempre hace las cosas personales. Le dijo a sus discípulos: «Y vosotros, ¿quién decís que soy?» Y a Marta en Juan 11:25-26: «¿Crees esto?» Jesús nos hace estas mismas preguntas también, y responderlas es una parte de nuestra relación con Él, de la búsqueda de Dios y de la verdad. Encontrar la verdad comienza con Jesucristo.