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Mito #1: el sexo es sucio

Mucha gente duda en sacar a la luz el tema del sexo, especialmente en los círculos cristianos. Lo que ha dado lugar a varios mitos sobre los cristianos y el sexo. Vamos a echar un vistazo a algunos de esos mitos para que podamos obtener algunas respuestas, de una vez por todas. Aquí está el primero de cinco mitos que nosotros, la iglesia, no debemos permitir más en nuestra cosmovisión del cristianismo o nuestros matrimonios: el sexo es sucio.

¿Cómo comienzan la mayoría de las conversaciones sobre sexo? Con una mirada alrededor de la habitación a ver quién puede estar escuchando, una mano sobre la boca y un susurro. A veces nos quedamos callados porque no queremos dejar que cualquiera entre en nuestro mundo privado. A veces es porque nos da vergüenza. Pero, ¿qué otro mensaje se podría enviar al bajar la voz y estar atento a quién está escuchando inconscientemente? Podría enviar un mensaje de que lo que susurras sobre (sexo) es malo. Puede afianzarse hasta que entre en tus pensamientos conscientes, haciendo que sientas vergüenza al hablar de ello, ¡incluso con tu cónyuge!

Sin embargo, ¿qué dice Dios sobre el sexo y la sexualidad? Dios creó la intimidad sexual para el matrimonio, y si Dios la creó, ¿cómo puede ser sucia? En 1 Timoteo 4:1-5, Pablo enfrentó las falsas enseñanzas sobre el matrimonio. Instó a los creyentes a recibir la verdad de que lo que Dios creó, Dios lo consideró bueno. Además, los instó a no rechazar los placeres que se encuentran dentro, sino a recibirlos de todo corazón con acción de gracias.

Además, si el sexo en el matrimonio es sucio, entonces ¿por qué las Escrituras son tan gráficas en su descripción directa del amor sexual? ¿No me crees? Entonces levántate ahora mismo y lee en voz alta Proverbios 5:18-19. Esperaré... ¿Se calló tu voz de repente cuando empezaste a leer, "que sus pechos te satisfagan siempre, que alguna vez te embriagues con su amor"? Apuesto a que sí, especialmente si había otras personas alrededor.

Pero no hay nada sucio o vergonzoso en el sexo que honra a Dios. Dios creó al hombre y a la mujer de manera que el cuerpo de tu cónyuge te fuera encantador. Entonces, el sexo, en el contexto del matrimonio, es un regalo de Dios. 

-Brandon, LMFT-S, PCIT