La esperanza de la NavidadMuestra

Conoce a tu Creador Lee los versículos de hoy. En esta época del año, todos tenemos que hacer muchas tareas importantes: tenemos que escribir reportes de final de año; tenemos que planificar comidas por las fiestas; y, por supuesto, tenemos que comprar regalos. No obstante, tienes algo mucho más importante en lo que enfocarte en esta Navidad: el desarrollo de una relación personal y creciente con Jesús. ¿Por qué deberías conocer mejor a Jesús? Hay al menos dos razones muy importantes. Primero, Jesús te creó. La Biblia dice: «En el principio la Palabra ya existía. La Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. El que es la Palabra existía en el principio con Dios. Dios creó todas las cosas por medio de él, y nada fue creado sin él. La Palabra le dio vida a todo lo creado, y su vida trajo luz a todos» (Juan 1:1-4 NTV). Tienes la oportunidad de conocer no solo al Creador del universo, sino también a tu Creador. Habrás oído decir a alguien eso de «cuando tengas dudas, consulta el manual». Conocer a Jesús es aún mejor. Si quieres saber cómo aprovechar al máximo tu vida, ¿por qué no conocer a aquel que te creó? Segundo, Jesús abre tu corazón para disfrutar una vida con propósito, paz y poder. Una relación con Jesús te asegura un lugar en el cielo, pero hay todavía más: Dios promete una vida con propósito, paz y poder para todos los que le conocen. Conocer a Jesús de manera personal cambia todo sobre tu forma de vivir. El propósito, la paz y el poder son solo el principio de lo que Dios te quiere dar en esta vida. Desgraciadamente, la mayoría de personas están viviendo de forma miserable e insignificante porque han llenado sus vidas con actividades insignificantes. Ahora que se acerca la Navidad, piensa en el posadero que no dejó lugar para Jesús en la primera Navidad: sus acciones no impidieron que Jesús naciese ni obstaculizaron el propósito de Dios en la historia, sino que él mismo fue el único perjudicado porque perdió el privilegio de hospedar al Hijo de Dios en su nacimiento. Contigo pasa lo mismo: si no dedicas tiempo a conocer a Jesús, perderás la oportunidad de conocer a tu Creador y de tener el propósito, la paz y el poder que solo provienen del Hijo de Dios; perderás su propósito en tu vida si nunca dejas lugar para él.