La esperanza esMuestra

La esperanza es recibida
Nuestro mundo nos enseña que hacemos las cosas correctas, seremos exitosos. Si estudiamos diligentemente en nuestros años jóvenes, podemos obtener el trabajo que siempre hemos querido. Si tomamos más proyectos en el trabajo, podemos obtener la promoción. Si enseñamos a nuestros niños correctamente, ellos serán bien comportados. Si dedicamos tiempo en nuestro matrimonio, estaremos mejor equipados para resolver conflictos. Pero cuando estas fórmulas no son verdad en cada situación, llegamos a estar desanimados.
Pensamos que podríamos ganar un futuro más brillante, pero en realidad frecuentemente nos deja sin esperanza.
En el libro de Salmos, David nos enseña que la esperanza no es algo que podamos manufacturar por nosotros mismos. Dios es el Dador de esperanza. Pablo, un líder en la Iglesia temprana, escribió a las personas de Éfeso, "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe --y esto no es de vosotors, pues es don de Dios-- no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9).
Porque Jesús nos da salvación, recibimos esperanza de Él. Cuando damos nuestra vida a Dios, Él pone esperanza en nuestro corazón.
No existe fórmula mágica que automáticamente nos llene con esperanza. Un regalo no es algo que sea ganado; es gratuitamente dado. Lo mismo es verdad para el regalo de esperanza que Jesús ofrece. Necesitamos sólo recibirlo. Nada hay que podamos hacer para extinguir Su amor indivisible por nosotros.
Ora:
Jesús, gracias por darnos no sólo salvación, sino esperanza. Ayúdame a ver en mis circunstancias actuales con esperanza debido a que Tú estás en mí.
Reflexiona:
¿Quién en tu vida necesita esperanza? Ora por esa persona abajo.
Nuestro mundo nos enseña que hacemos las cosas correctas, seremos exitosos. Si estudiamos diligentemente en nuestros años jóvenes, podemos obtener el trabajo que siempre hemos querido. Si tomamos más proyectos en el trabajo, podemos obtener la promoción. Si enseñamos a nuestros niños correctamente, ellos serán bien comportados. Si dedicamos tiempo en nuestro matrimonio, estaremos mejor equipados para resolver conflictos. Pero cuando estas fórmulas no son verdad en cada situación, llegamos a estar desanimados.
Pensamos que podríamos ganar un futuro más brillante, pero en realidad frecuentemente nos deja sin esperanza.
En el libro de Salmos, David nos enseña que la esperanza no es algo que podamos manufacturar por nosotros mismos. Dios es el Dador de esperanza. Pablo, un líder en la Iglesia temprana, escribió a las personas de Éfeso, "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe --y esto no es de vosotors, pues es don de Dios-- no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9).
Porque Jesús nos da salvación, recibimos esperanza de Él. Cuando damos nuestra vida a Dios, Él pone esperanza en nuestro corazón.
No existe fórmula mágica que automáticamente nos llene con esperanza. Un regalo no es algo que sea ganado; es gratuitamente dado. Lo mismo es verdad para el regalo de esperanza que Jesús ofrece. Necesitamos sólo recibirlo. Nada hay que podamos hacer para extinguir Su amor indivisible por nosotros.
Ora:
Jesús, gracias por darnos no sólo salvación, sino esperanza. Ayúdame a ver en mis circunstancias actuales con esperanza debido a que Tú estás en mí.
Reflexiona:
¿Quién en tu vida necesita esperanza? Ora por esa persona abajo.
Escritura
Acerca de este Plan

Todos queremos creer que algo mejor nos espera. Y Dios sabe que necesitamos más que regalos debajo del árbol para encontrar alegría. Lo que necesitamos es esperanza. Creado por NewSpring Church, este plan te ayudará a descubrir el poder de la esperanza y cómo cambia nuestra visión de todo en nuestras vidas.
More
Nos gustaría agradecer a la Iglesia NewSpring Church por proporcionarnos este plan. Para más información, por favor visita: www.newspring.cc