Desvíos: Lecciones de JoséMuestra

Destinado a tu destino
Destinado.
La palabra puede definirse como el participio pasado de «significar», que es tener la intención de un fin y un destino determinados. Seguro que alguna vez has oído a alguien decir algo que probablemente no debería haber dicho o hacer algo que carecía de tacto, pero otra persona intentó encubrirlo con,«Tenían buenas intenciones». Lo que estaban diciendo es que aunque lo que la persona dijo o hizo creó una realidad negativa, esa no era su intención. No habían tenido la intención de causar daño.
Pero ese no fue el caso de los hermanos de José cuando lo despojaron de su túnica y lo arrojaron a un pozo. Tampoco fue así cuando lo sacaron del pozo con avidez y lo vendieron por un beneficio a los traficantes de esclavos que se dirigían a una tierra extranjera.
Los hermanos de José tenían de todo menos buenas intenciones. Querían hacerle daño. Querían arruinarle la vida. Pretendían destronarle de la posición de importancia que había llegado a creer que algún día ocuparía. Querían hacerle daño. En realidad, tenían malas intenciones.
Pero Dios.
Esas dos palabras son dos palabras poderosas. Cuando te encuentres con «pero Dios» en las Escrituras, presta atención. Lo que venga después normalmente cambia la situación completamente. Especialmente si "lo encaminó" es añadido después.
Pero Dios lo encaminó ….
Génesis 50:20 muestra lo que Dios puede hacer con algo destinado a hacerte daño. No sólo puede protegerte en ella, sino que también puede promoverte gracias a ella. La misma cosa que los hermanos de José habían querido causarle daño fue la misma cosa que Dios usó para promoverlo a su destino.
Escritura
Acerca de este Plan

En su pequeño grupo de estudio, el doctor Tony Evans usa la épica fe, vida y carrera de José para enseñarnos que Dios está más interesado en tu desarrollo que en tu final. Como José, un chico secuestrado y esclavizado que creció para salvar a un imperio, los obstáculos y obstrucciones en tu camino pueden llevar a logros reales. Por supuesto, los desvíos son de todo menos conveniente. Te sacan del camino. Aumentan la duración del viaje que tenías planeado. Pero son necesarios. Dios permite desvíos en tu vida porque le importa más tu caracter que tu confort, más tu pureza que tu productividad. ¡A Él le importa tu destino!
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