La importancia de la experiencia: la guía de los sobrevivientesMuestra

Ponlo a un lado. Déjalo ir.

Después de sufrir por algo, a menudo nos ponemos en guardia. Mientras leía la historia de la mujer en el pozo, pude entender su mecanismo de defensa. El dolor y la vergüenza a menudo me hacían subir la guardia también. 

Juan 4:11-12 ilustra la antigua versión de Becca, que ahora es un recuerdo lejano. Estos dos versículos describen a una mujer que ha lidiado con suficiente juicio y que preferiría estar lista para pelear que ser atrapada como un ciervo ante los faros de un coche. 

¿Conoces la sensación? 

Sé que fue el caso en mi vida. Siempre a la defensiva. A pesar de mis modos, una de las cosas sorprendentes de Cristo es su habilidad para permitirme presentarme ante Él con confianza, comprenderme y empatizar conmigo. 

Al igual que esta mujer, tememos que al acercarnos a Dios resultaremos expuestos, por las razones equivocadas. Pero ese no es el caso con Cristo. Él pudo haber expuesto todo el pasado de ella desde el principio. Pero a través de su acercamiento amoroso, tenemos la oportunidad de ser sinceros sobre nuestras fallas. Al revelar su verdad a Jesús, ella se siente plena. Puedes experimentar esa sensación también, si estás dispuesto a ponerlo a un lado y dejarlo ir. 

Cuando no me amaba a mí misma o a mis errores, Él aún me amaba como te ama a ti también. Hasta el día de hoy, este amor puro nos está cuidando activamente para que recuperemos la salud.

La joya de Becca

No dejes que el pasado que sufriste te impida abrirte y recibir el amor y la sanidad que Dios ha tenido para ti desde siempre. Él desea que seamos felices y que vivamos una vida de amor y alegría, sin importar las tormentas que trataron de hacernos naufragar.