Encontrando tu camino financieroMuestra

Todo el mundo puede diezmar.



Un hombre rico en la Biblia se enfrentó a un problema que a mucha gente le gustaría tener: ¿Qué haces cuando tienes más cosas que espacio para guardarlas? Este hombre tuvo una cosecha fenomenal, más de lo que él o su familia podían usar posiblemente. ¿Pero dónde iba a guardar todo el exceso? Este hombre rico decidió que la solución perfecta era construir graneros más grandes para salvaguardar su riqueza. En un instante, el imperio del hombre que parecía inquebrantable se vino abajo con una reprimenda de Dios:



«Necio. Esta misma noche tu vida te será reclamada. Entonces ¿quién se quedará lo que has preparado para ti? Esto es lo que pasará con quienquiera que guarde cosas para sí, pero no sea rico para Dios» (Lucas 12.20).



Aquí había un hombre lleno de abundancia, pero era avaricioso como el que más. Fue por su abarícia que el hombre encontró la muerte. Verás, al robarle a Dios, el otorgador de vida, al final sólo nos estamos robando a nosotros mismos de la verdadera vida. Todos queremos estar preparados para el futuro, pero ¿cómo equilibras el ahorro sensato con la generosidad?



Piensa en:

1. ¿Cuál es una de las maneras para saber que estás siendo avaricioso?

2. ¿De qué forma la generosidad nos salvaguarda ante la avarícia?

3. ¿Qué puedes regalar hoy?



Reza:

Jesús, Tú me has dado tanto! Protege mi corazón de la avarícia y enséñame cómo puedo ser generoso hoy.