La Alegría de Servir预览

Mi Iglesia

Dios inventó las congregaciones con muchos propósitos vitales: la adoración pública, la enseñanza y el aprendizaje, el goce de los preciosos sacramentos del bautismo y la comunión, el compañerismo y la atención espiritual.

Una característica maravillosa de la vida congregacional es la oportunidad que les da a las personas de involucrarse en el servicio a los demás. El lavamiento de los pies por Jesús fue una demostración de actitud, no un mandato literal; hoy no les lavamos los pies a otros, pero podemos lavar los platos de los demás. Podemos continuar el espíritu alegre de Jesús con actos de servicio grandes y pequeños: cocinar, llevar cuentas, barrer nieve, pintar, transportar, cuidar niños, organizar y planear, enviar tarjetas, aconsejar, cantar, administrar, y hacer jardinería.

Como ocurre con los países, ninguna congregación es perfecta; todas son conglomerados de pecadores con muchos defectos, deficiencias y propósitos sólo parcialmente puros; tienen lagunas en sus ministerios y, a veces lastiman a la gente en lugar de ayudar y curar. Y sin embargo tenemos que amarlas porque Jesús hace muchas cosas buenas por medio de ellas.