Futuro y Esperanza预览

Lamento en danza

Todos en mayor o menor medida hemos pasado períodos de dolor, de dudas o de aparente silencio de Dios ante nuestros sufrimientos y preguntas. Quizá hoy estés pasando por un período difícil en tu vida, quizá hoy antes de leer estas líneas le dijiste a Dios que te hablara, que te dijera algo porque ya no soportas más. Hoy quiero decirte que Dios no te ha abandonado, que a pesar de cualquier etapa que estés experimentando Él sigue estando a tu lado. Tal vez hoy lloras, pero eso no significa que mañana no vayas a sonreír, lo que ahora te es difícil, mañana lo recordarás con una sonrisa en tu rostro testificando de cómo Dios te saco de esa situación que te robaba la paz.

El Salmo 30 nos dice que Dios cambia nuestro lamento en danza y nuestro sufrimiento en alegría. El Salmo 129 nos dice "los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán". Aunque el proceso de siembra implica trabajo y pruebas, el resultado tarde o temprano es bendición. La plena confianza y dependencia en el Dios que nos creó tiene como consecuencia bendición, paz y alegría de la que este mundo no puede ofrecernos.

Que este año que comienza podamos confiar plenamente en ese Dios que tantas veces nos ha demostrado que cambia nuestras tristezas en danza. Dios es justo y no nos deja jamás sin la recompensa de haber seguido su voluntad y haber actuado conforme a su corazón. Cuando acudimos a su hombro para llorar, Él se encarga de darnos el consuelo y las fuerzas necesarias para seguir, y lejos de abandonarnos, cambia nuestro lamento y lo transforma en alegría. Su bondad nunca decepciona, y si aún estamos afligidos, derrotados o cansados, es porque Dios no ha terminado su obra en nosotros. Nuestro final siempre es victoria si confiamos en el Señor con todo nuestro corazón.

Uno de mis versículos favoritos es Romanos 8:28: "A los que aman a Dios , todas las cosas ayudan a bien". Si prestamos atención, este pasaje no dice que cada pequeña cosa ayuda a bien, sino que TODAS LAS COSAS ayudan a bien. El final siempre es bueno para los que aman a Dios. La sumatoria de todas las cosas, siempre obra para bien.

Que todos los días de este año y en cualquier situación, podamos ver las cosas negativas como oportunidades para acercarnos y conocer más profunda y personalmente a Dios. La consecuencia de correr hacia los brazos del Señor es el poder ver Su mano y compañía en todas las áreas de nuestra vida y día a día ver como Él cambia nuestro lamento en danza. Buen comienzo de año.