El libro de hombres de Stephen Mansfield Egzanp

Hay una plaga de soledad entre los hombres. En verdad, la frase que pasa por mi mente es esta: el hombre sin amigos.

Sin embargo, los amigos son el mejor reflejo de la felicidad, las prioridades y la salud de un hombre.

La mayoría de los hombres han perdido el contacto con los hombres que más significan para ellos. Se encuentran inmersos en un mar de relaciones casuales. Trabajan con otros hombres y, usualmente, pueden reunir un grupo de hombres para ir a gritar al bar deportivo. Sin embargo, cuando se les preguntó con quién hablarían si estuvieran por tener un amorío o si su matrimonio se estuviera deshaciendo o si estuvieran fuera de la ciudad y necesitaran que alguien sacara a su hijo de la cárcel, la mayoría de ellos no tenía ni idea cuando se trataba de nombrar a alguien…  

Lo que la mayoría de nosotros necesitamos es una banda de hermanos, una tribu, una tropa, un grupo de hombres que nos conocen y con quienes es divertido reunirse, pero que no tengan ningún problema en confrontarnos de ser necesario. 

Hombres, no podemos ascender para ser la mejor versión de nosotros mismos o en los propósitos dados por Dios si andamos solos o si todo lo que tenemos en común con otros hombres es el entretenimiento o el placer. Los hombres necesitan amigos con quienes compartan un espíritu en común, una devoción mutua a mejorarse mutuamente y un compromiso sacrificial de proteger, animar y defender.

Escúchenme bien, caballeros: nunca seremos los hombres que fuimos llamados a ser a menos que aprendamos el arte de la amistad y que cultivemos relaciones profundas, significativas y alborotadas con otros hombres. 

Esta es una de las cosas más importantes que un hombre debe saber.

Desafío: haga inventario de sus amistades. ¿Son superficiales, temporales e insatisfactorias? o, ¿Lo inspiran y llevan a anhelar ser un gran hombre, un verdadero hombre?