Cuando la Navidad pasa de teoría a vida

Te confieso algo: yo no soy esa persona que empieza a decorar en octubre, ni la que corre emocionada a las tiendas llenas en diciembre. Por mucho tiempo pensé que las Navidades eran un “detente” innecesario: una pausa que no entendía, una temporada que se sentía más como trabajo que como celebración. Sabía el significado bíblico… pero solo lo sabía. La teoría estaba, la práctica no.

Era más del tipo “Grinch”, pero el Grinch original no odia la Navidad, simplemente la veía como algo superficial. Yo entendía la razón, mis padres me la enseñaron desde pequeña, pero no la vivía. No la celebraba con intención.

Todo comenzó a cambiar hace apenas unos años.

Primero, una predicación de mi pastor (Eliud Morales) —quizás él ni la recuerda, pero yo sí— y luego un libro que compré que hablaba de la Navidad desde la perspectiva como aprendices de Jesús. Dios usó ambas herramientas para llevar mi mente y mi corazón de “sé de qué se trata la Navidad” a “quiero vivir lo que significa la Navidad”.

Y aunque todavía no decoro como una “Villa del encanto navideño”, sí busco crear pequeños momentos: un junte de amistades, una cenita, chocolate caliente, películas "Hallmark", asisto a mi comunidad y claro uno que otro regalito (pero solo hago filas online)… y sobre todo, oportunidades para hablar de Jesús.

Porque eso fue lo que finalmente entendí: La Navidad no me estaba pidiendo decorar una casa; me estaba invitando a preparar mi corazón.

Navidad es ese recordatorio suave pero firme de que Dios se acercó a nosotros. Por nosotros. A nosotros.

Y hoy quiero que este plan sea eso para ti: un regreso a Belén… pero desde otro ángulo. Desde alguien que no siempre disfrutó esta temporada, pero que ahora la celebra con propósito.

Señor, abre mis ojos esta Navidad para ver más allá de lo superficial.
Llévame de la teoría a la práctica, de saber a vivir, de conocer a celebrar tu llegada. Prepara mi corazón para volver a Belén con esperanza. Amén.

En tus notas, contesta la siguiente pregunta:

¿En qué parte de tu vida necesitas que Jesús transforme conocimiento en experiencia?