Dios en El SilencioMuestra

Palabras que sostienen

"Pero yo os alentaría con mis palabras, y la consolación de mis labios apaciguaría vuestro dolor" (Job 16:5 - RVR1960).

Cuando Dios calla, tú puedes ser su voz de consuelo.

Job imagina cómo sería si él estuviera en el lugar de sus amigos. No los juzgaría: los fortalecería. No los acusaría: los consolaría. Este versículo revela el corazón pastoral de Job, incluso en medio de su sufrimiento. Él sabe lo que necesita, y lo ofrece en palabras.

Aquí el silencio de Dios se convierte en oportunidad. Aunque Dios no habla, Job sí. Y sus palabras no son teológicas, son humanas. Son bálsamo. Son consuelo. Son lo que sus amigos no supieron dar.

Este versículo nos llama a ser portadores de consuelo. A hablar con ternura, no con dureza. A ser la voz que apacigua, no la que agita. A entender que, cuando Dios guarda silencio, muchas veces nos llama a ser su eco de esperanza.

Este pasaje cierra el devocional con una invitación: que nuestras palabras sean como las que Job deseaba recibir. Que aprendamos a consolar como hemos sido consolados (2 Corintios 1:4). Que seamos voz de Dios en medio del silencio.

¿Tus palabras reflejan el consuelo que tú mismo anhelas recibir?