Lejos de Casa, Cerca de DiosMuestra

Dios va contigo
Abraham dejó su tierra obedeciendo la voz de Dios que prometía bendición y un futuro glorioso, aun sin saber exactamente a dónde ir. Su historia comienza con una salida; una partida hacia lo desconocido.
Quizás tú también conoces ese sentimiento. Tal vez dejaste tu país con una mezcla de fe y temor, buscando una vida mejor para ti y tu familia o huyendo de circunstancias difíciles. El camino, sin embargo, ha sido más largo y más difícil de lo que imaginabas. Has enfrentado momentos de soledad, incertidumbre y hasta culpa.
Como Abraham, quizá has tenido que tomar decisiones difíciles: mudarte de ciudad, aceptar un trabajo que no esperabas o hacer algo por miedo que luego lamentaste. En esos momentos, es fácil preguntarse: “¿De verdad Dios está conmigo?".
Pero aquí está la buena noticia: Dios no abandonó a Abraham y tampoco te ha abandonado a ti.
Aunque Abraham cometió errores, la promesa de Dios permaneció intacta. La bendición no se trataba solo de prosperidad o fama, sino de algo mucho más grande: de su descendencia vendría el Mesías, Jesús, el Salvador del mundo.
En otras palabras, Dios siguió obrando incluso en medio del temor, la escasez y las malas decisiones. Abraham fue a Egipto buscando sobrevivir y, aunque las cosas no salieron como planeaba, Dios permaneció fiel.
En su trayectoria, Abraham construyó altares para adorar a Dios por su promesa, provisión y cuidado. Su relación con Dios era lo que lo sostenía. El altar era su recordatorio de que no caminaba solo; su confianza estaba puesta en Dios.
Quizás tú también estás en una “tierra de paso”, adaptándote a un nuevo idioma, a un nuevo ritmo de vida o aprendiendo a empezar de cero. Pero incluso ahí, puedes edificar tus propios “altares”: momentos para detenerte, agradecer y adorar. La fe no significa no tener miedo; significa seguir caminando a pesar del miedo, confiando en que Dios camina contigo.
Abraham no sabía el destino final, pero conocía al Dios que lo guiaba. Y eso basta.
Esa misma presencia que acompañó a Abraham también va contigo hoy.
Si tu confianza está puesta en Dios, Él convertirá cada paso incierto en una oportunidad para experimentar su fidelidad. Donde pongas tus pies, si lo haces con fe, Dios puede transformar esa tierra en un lugar de propósito, provisión y encuentro con Él.
Reflexión:
¿Qué paso de fe puedes dar hoy, confiando en que Dios ya está donde Él te dirige? Tal vez sea perdonar, aplicar a ese trabajo, servir en tu iglesia o comunidad o simplemente agradecer por tu nuevo comienzo.
Oración:
Señor, acompáñame en este camino como inmigrante. Cuando el miedo me paralice, recuérdame que Tú vas conmigo. Ayúdame a levantar “altares” de adoración en cada lugar donde me plantes y a caminar con fe, sabiendo que Tú eres mi destino.
Amén.
Escrituras
Acerca de este Plan

Ser inmigrante está lleno de desafíos y emociones encontradas: enfrentas miedo, nostalgia e incertidumbre. Este devocional de tres días te guía a través de las historias de Abraham, el pueblo de Israel y Jesús, mostrando cómo Dios acompaña a quienes viven como minoría en países extranjeros. Encuentra aliento para florecer, valentía para avanzar y consuelo en la promesa de que tu verdadera ciudadanía y hogar están siempre en Dios.
More
Nos gustaría agradecer a Lu Mackey por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: lumackey.com









