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"Jesús Y Mi Caos Mental"Muestra

"Jesús Y Mi Caos Mental"

DÍA 2 DE 3

"Jeremias el más llorón"

Lamentaciones 3:48-50, 3:57

En mi proceso de sanidad aprendí a llorar en el regazo del Señor, a no guardarme mis tristezas, mis enojos y mis lamentos. Dios me enseñó a dejar salir todo y entregárselo a Él. Muchas veces pensamos que por ser cristianos deberíamos guardarnos las cosas, deberíamos estar todo el tiempo bien. Aprendimos a poner la mejor cara para que otros puedan ver a Jesús en nosotros, pero la verdad es que la mejor cara del cristiano es la de un corazón humillado y quebrantado delante del Señor. Esa actitud de corazón que dice a cada momento “Te necesito, Dios”.

Definitivamente, el proceso de sanidad no fue fácil, pero me enseñó a depender totalmente de Dios y de Su verdad. Yo sabía que Dios me había llamado, pero la tristeza que sentía y el caos mental eran reales en ese momento. Hubo muchas noches de llanto, pero en todas ellas estaba el Señor. Incluso cuando no lo sentía, Él me mostró que Su presencia no depende de cómo me sienta o piense, aquel que me había llamado estaba presente en medio del caos pese a mis lágrimas.

Dios tenía un llamado grande para Jeremías también, quien vivió más de cuarenta años con la carga de anunciar el mensaje de Dios a un pueblo rebelde, obstinado y de corazón duro. A pesar de ser un llamado difícil, Dios no cambió de opinión. Usó a Jeremías porque sabía que sería capaz de sobrellevarlo; vio en él cosas que ni siquiera el propio Jeremías podía ver. Lo llamó y lo consagró aun antes de nacer.

Y aunque Jeremías lloró y dudó en repetidas ocasiones, Dios sabía que un corazón como el suyo podía cumplir esa tarea especial (Jer 1:4–6). Además, el Señor le respondió que no debía temer, sino ir a donde Él lo enviará y anunciar Su mensaje, recordándole que Su presencia estaría siempre con él.

Esa fue toda la garantía que necesitaba Jeremías y es la misma que tú y yo necesitamos hoy y siempre: solo a Cristo.

Pese a tus lágrimas, miedos, pensamientos o la situación que estés viviendo, eres llamado con un propósito grande, y aunque en este momento te cueste creerlo o verlo, Dios sacará algo bueno de este proceso difícil. Él te vio antes de nacer y ya tenía un plan bueno y perfecto para ti.

En la presencia de Dios está permitido llorar, sí, siempre y cuando te dejes consolar y sanar por Él (Mateo 5:4). Jeremías no dejó que su propio miedo o sus pensamientos terminaran con su vida de propósito, lloró, pero cumplió el plan de Dios en su vida. Solo aquel que te ha llamado secará tus lágrimas y te sostendrá para cumplir la tarea que se te ha encomendado (Salmo 56:8-13)

Hoy, si deseas llorar en la presencia del Señor, hazlo. Deja que Su Espíritu recoja tus lágrimas y ponga en tu corazón paz y gozo. Dios te sanará (Salmo 126:5-6).

Deseable- Marcos Brunet ft UPPEROOM

Acerca de este Plan

"Jesús Y Mi Caos Mental"

Durante la pandemia enfrenté ansiedad, depresión, estrés postraumático y TOC. Pensé que no habría salida, pero Dios sanó mi alma a través de Su Palabra, la terapia y personas que me acompañaron. Este plan es un testimonio de que Dios puede restaurar tu mente y tu corazón, y usar tu historia para traer esperanza a otros.

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Nos gustaría agradecer a Daniela Berrios por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.desdelaraizcommunity.com