El Nombre Sobre Todo NombreMuestra

Exaltado por el Padre
"Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo" (Filipenses 2:9a RVR1960)
La exaltación de Cristo no fue una autopromoción, sino la respuesta divina a una obediencia perfecta.
El contexto de Filipenses 2 muestra la profundidad de la humillación de Cristo: se despojó de sí mismo, tomó forma de siervo y fue obediente hasta la muerte, y muerte de cruz (Filipenses 2:6–8). Pero el relato no termina en el sacrificio; culmina en la glorificación. El “por lo cual” conecta la humillación con la exaltación: el descenso de Cristo fue el camino hacia su triunfo eterno.
Dios mismo lo exaltó “hasta lo sumo”, es decir, por encima de todo lo creado. Nadie se eleva sin antes aprender a descender. En el Reino de Dios, la humildad no es debilidad, sino el camino a la verdadera gloria (Mateo 23:12).
Cristo nos enseña que la obediencia es el sendero hacia la exaltación divina. No buscamos reconocimiento, sino agradar al Padre, confiando en que Él honra a los que se humillan bajo su mano poderosa (1 Pedro 5:6).
¿Buscas la exaltación que viene de Dios o la aprobación pasajera de los hombres?
Acerca de este Plan

Filipenses 2:9–11 revela la exaltación suprema de Cristo después de su humillación. Dios lo levantó por encima de todo y le dio el Nombre sobre todo nombre, ante el cual toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Él es Señor. Este devocional nos guía a contemplar la gloria del Cristo exaltado, a rendirle adoración, a vivir bajo su señorío y a reflejar su victoria en la vida diaria.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: leadershiftglobal.com









