El Nombre Sobre Todo NombreMuestra

Toda lengua confesará

"Y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre" (Filipenses 2:11 RVR1960).

Confesar a Cristo no es solo decirlo con los labios, sino vivir de tal manera que el mundo lo reconozca en nosotros.

La exaltación de Cristo culmina en la confesión universal: “Jesucristo es el Señor”. Esta es la declaración central de la fe cristiana (Romanos 10:9). Confesarlo como Señor significa reconocer su autoridad sobre toda área de nuestra existencia.

Esta confesión glorifica al Padre, porque revela el cumplimiento de su plan eterno de redención. Lo que comenzó en la humillación de la cruz termina en la adoración universal del Hijo.

Cada creyente está llamado a anticipar ese día con su testimonio. Cuando vivimos bajo el señorío de Cristo —amando, sirviendo, perdonando, obedeciendo— proclamamos al mundo que Él reina. La confesión más poderosa no se grita, se demuestra con una vida transformada.

Un día toda lengua lo confesará. Pero hoy, los que lo reconocen voluntariamente experimentan su salvación, su paz y su gozo.

¿Tu vida confiesa con verdad que Jesucristo es el Señor, o solo lo mencionas sin rendirle el corazón?