Dios De PasillosMuestra

La tercera historia que quiero compartirte es la mía. Si bien dos grandes héroes de la Biblia son José y David, creo que, al día de hoy, Dios sigue estando presente en esos pasillos que tú y yo atravesamos. Quiero contarte el momento exacto donde Él me mostró que también es un “Dios de pasillos”.

Hace algunos años, en 2019, me encontraba sentado en el pasillo de un hotel frente a un cambio de planes inesperado que tenía que ver con mi universidad y la decisión de qué carrera profesional tomar, llorando, preguntándole y reclamándole a Dios por qué la espera, por qué ese momento de incertidumbre, por qué el cambio de planes, por qué las cosas tenían que ser tan difíciles. Fue en ese pasillo donde entendí que el Señor está aún en esos momentos, y que también trabaja en nuestras vidas diariamente, más cerca de lo que a veces tenemos en cuenta. Es en esos pasillos donde Cristo se manifiesta; es en esos momentos de debilidad donde Él muestra su poder.

Después de haber llorado y reclamado mucho, pude orar y preguntarle al Señor qué era lo que quería para mí, realmente cuáles eran sus planes, y cuál era la razón de lo que estaba viviendo. Te soy honesto: no fue fácil entenderlo. Pasó un tiempo antes de que realmente comprendiera lo que Dios quería enseñarme. Pero dos cosas salieron a flote: que Él estaría conmigo, y que quería asegurarse de que, cuando la puerta se abriera, yo estuviera listo para pasar por ella.

Hoy, seis años después, puedo decirte que nada de lo que he vivido desde entonces ha sido parte de mi plan. Una de las frases que siempre digo es: “Como, cuando y donde Dios diga”. Y precisamente en aquel momento fue cuando le dije eso al Señor: “Que sea como, cuando y donde Tú digas”. Y así ha sido: puertas que yo quería no se abrieron, y puertas que yo veía imposibles, Dios las abrió. Y de todo, Él tuvo el control.

Hoy puedo confesarte que mi vida es un sueño, y que estoy viviendo conforme a Su voluntad, conforme a Sus tiempos y en los lugares donde Él me ha puesto. Puedo decirte que no me arrepiento de absolutamente nada al rendirle mis tiempos y planes a Él. Esperar en Dios ha sido la mejor decisión que he tomado en mi vida.

Así que, si estás pasando por un momento de espera, si sientes que estás en ese pasillo con todas las puertas cerradas, confía en que Dios ha prometido estar contigo. Es en ese pasillo donde Él puede transformar tu corazón y fortalecer tu fe. En medio de ese pasillo, ten la convicción de adorarlo mientras Él abre la puerta.

Y que juntos podamos vivir una vida que sea “Como, cuando y donde Él diga”.