Dios De PasillosMuestra

¿Alguna vez has tenido que esperar a que Dios responda una oración, conteste una petición o abra una puerta?

Me gustaría decir que cuando nos encontramos en una situación de incertidumbre o espera, es algo fácil de sobrellevar. Que todos los cristianos somos excelentes en esos momentos, pero, la realidad es otra. La mayoría de las veces esperar pacientemente puede ser difícil.

Si me preguntas, hay varias historias que quiero compartir contigo y que me parecen increíbles ejemplos de paciencia y confianza en el Señor.

En este día quiero hablarte de la primera historia. Es la vida de José “El soñador”. Génesis nos narra una historia llena de drama, acción y giros inesperados. Dios le habla a José por medio de sueños y le muestra lo que parece ser su futuro, gobernar sobre sus hermanos. Pero después de eso, su vida da un giro total. Fue vendido, esclavizado, vivió injusticias y fue enviado a prisión, todo esto mientras esperaba. Puedo imaginar a José preguntado: “¿Y lo que me dijiste en sueños, Señor?”.
Muchas veces cuando Dios nos habla, parece un comentario que, casi de inmediato, se ve completamente contradicho por las circunstancias que vivimos. Recuerda que Jesús dijo que en este mundo las cosas no serían fáciles, habría aflicción. Por lo tanto, es difícil confiar en lo que Dios nos dice cuando nos encontramos en medio de momentos así. Sin embargo, hay un detalle hermoso en toda la historia: aun en medio de la esclavitud y la prisión, Dios estaba con José. Aunque la promesa no se había cumplido todavía, la presencia de Dios seguía ahí, constante, fiel.

En medio de los pasillos —esos tiempos donde las puertas no se abren y no entendemos por qué— Dios sigue presente. Él no se ha ido ni se ha olvidado de sus promesas.

José aun en la espera, podía ver señales de que Dios seguía con él. No se rindió ni dejó de creer. Seguía confiando en que el mismo Dios que le habló era también el que lo sostenía.

He aprendido que, aun cuando no tengo respuestas, puedo descansar en que Dios no improvisa. Tiene planes de bien, y aunque no siempre los entiendo, confío en que Él sabe lo que hace, esperando paciente en que Él tiene el control.

Una de las frases que más me gusta recordar en medio de estos momentos de espera, cuando parece que nada es como esperaba y no entiendo cómo es que Dios va a abrir sendas donde no las hay, es la siguiente: “Mientras Dios abre la puerta, lo adoraré en el pasillo”. Quizá hoy estás en tu propio “pasillo”, esperando una respuesta o una puerta que parece no abrirse. Que la historia de José te recuerde que Dios sigue contigo; no improvisa y su fidelidad permanece. Mientras esperas, adora, confía y camina con Él: la puerta se abrirá a su tiempo.