El que sirve encuentra lo que necesita

Hay momentos en que, como seres humanos, nos envolvemos en el servicio y perdemos el enfoque de a quién estamos sirviendo en realidad.
Dios, en Su infinita misericordia, nos recuerda quién es Él y nos afirma; nos muestra que, en este caminar, no debemos familiarizarnos con Su presencia.

1. Dios te afirmará que le sirves a él:

Éxodo 3:6. Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.

Cuando interiorizas que al servir a otros le estás sirviendo al Dios vivo, comienza a nacer en tu interior un temor santo. Ese temor se refleja en cómo tratas y te diriges a los demás, y en cómo les hablas, reconociendo que, cuando sirves a personas que Dios ama porque son Su creación, lo estás haciendo a Dios mismo.

Moisés cubrió su rostro con reverencia, porque sintió temor y respeto hacia Dios.
El comienzo de entender quién es Dios —el principio de la sabiduría— es reconocer que Él es nuestro Creador y que tiene un plan perfecto para Su creación. No podemos ver milagros, prodigios y señales, como sucedió en este caso, y tomarlos como algo normal. Si te familiarizas con la presencia de Dios, Él dejará de mostrarse, de moverse y de actuar, porque parte de la sabiduría es comprender que, en Su presencia, debe haber reverencia, anhelo, respeto, alabanza, adoración y reconocimiento, entendiendo que Él se hizo presente y es Dios.

2. Te envía a hacer tu llamado:

Éxodo 3:10. Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.

Dios te enviará a cumplir tu propósito, te utilizará para hacer Su voluntad, y tus enemigos verán quién es el verdadero Señor de esta tierra.
Recuerden: Dios nos llama a servir, y depende de nosotros si estamos dispuestos a hacerlo en lo poco; entonces, Él nos utilizará en lo mucho. Moisés fue llamado durante su servicio a su suegro; pastoreando ovejas en el desierto, fue calificado para un llamado mayor. Debemos estar dispuestos a pagar el precio de servir en lo poco, para que Dios nos califique para lo mucho.

Muchos quieren ser enviados al palacio, pero Dios, en su infinita misericordia, quería a Moisés para liberar a su pueblo, Israel.
Recuerda: toda la creación depende de su Creador, y Él desea usarte para vencer al enemigo. Dios quiere utilizar a su creación para mostrarle al mundo espiritual quién es Él, a través de Su relación con nosotros.

Somos sus hijos, flechas en Su aljaba, preparadas para ser usadas contra el enemigo. Él sabe cuándo y cómo utilizarlas.

3. Su Presencia estará contigo:

Éxodo 3:12. Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte.

La presencia de Dios es lo que te impulsa a caminar sirviendo sin dudar. Su promesa es: "Yo estaré contigo", tal como dice Su palabra. Y si Él está con nosotros, ¿quién podrá estar contra nosotros?

Nunca dejaremos de servir; lo seguiremos haciendo a través de nuestro llamado, y cuando estemos con Él será por la eternidad.
Interioriza esto por un momento: lo que Dios hace con nuestra vida es darnos un sentido de pertenencia eterno. Nunca nos desechará, sino que Su relación con nosotros es para siempre.

4. En el servicio las señales te seguirán:

Éxodo 4:5-9. Por esto creerán que se te ha aparecido Jehová, el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob. 6 Le dijo además Jehová: Mete ahora tu mano en tu seno. Y él metió la mano en su seno; y cuando la sacó, he aquí que su mano estaba leprosa como la nieve. 7 Y dijo: Vuelve a meter tu mano en tu seno. Y él volvió a meter su mano en su seno; y al sacarla de nuevo del seno, he aquí que se había vuelto como la otra carne. 8 Si aconteciere que no te creyeren ni obedecieren a la voz de la primera señal, creerán a la voz de la postrera. 9 Y si aún no creyeren a estas dos señales, ni oyeren tu voz, tomarás de las aguas del río y las derramarás en tierra; y se cambiarán aquellas aguas que tomarás del río y se harán sangre en la tierra.

Dios te respaldará con señales, y estas servirán para afirmar al pueblo en medio del servicio, para que crean en Él y sepan que Dios está contigo. A Moisés lo seguían las señales, y a causa de esto el pueblo creyó que él venía de parte de Dios. Así será con nosotros: Él respaldará nuestro llamado con señales si nos atrevemos a creerle sin duda.

Hoy vivimos en los tiempos finales, en los cuales las señales seguirán a los hijos de Dios para que sean testigos fieles de Jesús. Debemos atrevernos a actuar sin incredulidad alguna, reconociendo que quien está con nosotros y nos respalda es el Creador del universo.
Recuerden lo que dijo Moisés:“Heme aquí, Señor, envíame a mí”. La clave de la obediencia te llevará a experimentar más de Él, con Su presencia y Su respaldo.

Nunca olvidemos a quién servimos y que Él no se queda con nada; todo lo que sembremos, eso cosecharemos. Hagámoslo con gozo, alegría y humildad, y entonces recibiremos de acuerdo con lo que sembremos. Nuestra paga viene de Dios, y Él nos recompensará por todo lo que hagamos.

Romanos 2:6-7. el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: 7 vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad.

Medita en este día lo siguiente:

• Dios pone tanto el querer como el hacer en nuestras vidas.
• Dios quiere que colaboremos con Él.
• Todo aquel que haga Su voluntad, las señales le seguirán.
• Todo lo que siembre el hombre, eso cosechará. Atrévete a servirle a Dios.