El servicio te llevará a convertirte en una persona bienaventurada

A causa del servicio, cosas inesperadas comienzan a suceder en tu vida. Es un caminar con Dios donde el estado de tu corazón comienza a ser visible, y experimentas el caminar con Él a otro nivel.

Hechos 20:35. En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.

Todos fuimos llamados a servir, así como Jesús dijo:“He venido para servir, no para ser servido.”
Ese es el reconocimiento más alto que deberíamos anhelar como cristianos y como hijos de Dios: ser servidores del Reino de Dios.
A un verdadero cristiano no deben moverlo los títulos ni los reconocimientos que dan los hombres. No digo que no sean importantes —porque lo son—, pero su verdadero valor está en ponerlos al servicio de los demás.

Tu servicio refleja tu actitud, y tu actitud refleja tu amor por Dios.

Miremos a Moisés como ejemplo: él le sirvió a su suegro durante cuarenta años en el desierto, veamos los beneficios del servicio y lo que el experimento durante este tiempo.

Durante tu servicio encontrarás:

1. La Presencia de DIOS:

Éxodo 3:2. Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.

En medio del servicio encontraremos la presencia de Dios.

El servicio te llevará a que tu curiosidad y tu deseo por lo sobrenatural aumenten; esto despertará en tu interior un anhelo profundo y una sed constante por ver y buscar lo de Dios, hasta que lo experimentes a otro nivel como nunca antes.
Moisés sabía que era un israelita y también sabía que había cometido errores, como todos nosotros, pero entendió algo poderoso: Dios siempre tiene la última palabra.

Moisés le sirvió a su suegro Jetro durante cuarenta años, y durante todo ese tiempo se encargó fielmente de cuidar un rebaño de ovejas.
La pregunta que debemos hacernos hoy es: ¿De qué nos estamos encargando nosotros?

Dios tiene el deseo de manifestarse a todo aquel que le sirve en Su Reino.
Cuando Él decide revelarse, debemos estar atentos a todo lo que sucede en nuestras vidas, porque Su presencia siempre se manifiesta de una manera sobrenatural y fuera de lo común. Así como la zarza ardía pero no se consumía, Dios también se manifestará a ti de forma extraordinaria para llamar tu atención y acercarte más a Él. Su propósito es atraerte, hablarte y llevarte a una relación más profunda con Su presencia.

2. El llamado de Dios:

Éxodo 3:4. Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo:¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí.

Dios te habla y te llama en medio de tu servicio.
Es allí donde muchos descubrirán lo que todo cristiano busca: su llamado. Muchos conocerán la voluntad de Dios, y es en tu servicio donde Él se revela. Dios te prueba en el desierto, como a Moisés, para prepararte y llevarte a cumplir Su voluntad. Así como Jesús fue probado en el desierto antes de comenzar Su ministerio, sé fiel en tu servicio y Dios hará grandes cosas en tu vida.

Debemos entender que, para que Dios nos lleve a otro nivel de relación con Él, también debemos responder correctamente a Su llamado, tal como lo hizo Moisés al decir: “Heme aquí.” Muchas veces, el simple hecho de tener una postura correcta al servir es lo que te califica para que Dios te entregue lo que deseas.

3. Te guiará a vivir en santidad:

Éxodo 3:5. Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es.

En medio de nuestro caminar sirviendo, Dios comenzará a guiarnos a nuevos niveles de santidad. Nos mostrará cuáles son las cosas que debemos dejar atrás para acercarnos cada día más a Él. Dios mismo te guiará en este caminar, recordándote que nadie puede ver a Dios sin santidad. El deseo de acercarte a Él te llevará a un estado de alerta, mirando por dónde caminas para no cometer errores.

Míralo de esta forma, el que no se cuida y peca diariamente sin prestar atención, le es fácil seguir haciéndolo, pero el que trata y se cuida de dónde pisa, cómo lo hace, cómo habla, cómo piensa, y continúa practicando en caminar hacia una vida evitando el pecado, Dios lo ve y lo ayuda a seguir en esa dirección.

Hebreos 12:14. Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.

En la relación con Dios, debemos estar en comunicación constante.
Atrévete a pedirle la ayuda necesaria para caminar en dirección a nuevos niveles de Su presencia. Atrévete a responder a Su llamado y pidámosle que nos guíe, sirviéndole en santidad y anhelándolo cada día más.