Dios en El Centro De Mi VoluntadMuestra

Cuando Todo Está en tu Contra ¿Qué Voz Escuchas?
El episodio pasado vimos a Nehemías edificando el muro de la ciudad, pero las amenazas de sus enemigos no se hicieron esperar. A pesar de todo, aprendimos que, así como en el tiempo de Nehemías, hoy también Dios pelea nuestras batallas y nos ha dado una hermosa familia en la compañía de los creyentes para ayudarnos a caminar en el propósito de Dios.
Hoy nos encontramos a Nehemías a punto de terminar la titánica labor de reconstrucción del muro de Jerusalén, algo que parecía imposible. Y sin embargo, a pesar de toda la oposición, creyó al llamado de Dios, se levantó como líder y guió al pueblo de Dios.
Pero déjame decirte que cuando estás haciendo lo que Dios te llama a hacer, siempre va a haber distractores que intentan apartarte de lo que Dios quiere que hagas.
¿Te fijaste que en el capítulo 6 dice que, cuando oyeron que ya había edificado el muro, sus enemigos le dijeron: “Ahora sí, Nehemías, vente al valle de Ono”? Una invitación que podía interpretarse de muchas maneras. Estos hombres podían estar buscando la reconciliación, o podían estar reconociendo el éxito de Nehemías, o quizás estaban buscando una relación comercial con la nueva ciudad fortificada —tantas variables— o podían estarle tendiendo una trampa, alejándolo de su lugar seguro.
Por eso es tan importante el discernimiento y la sabiduría. ¿Por qué querían estos ahora ser los grandes amigos de Nehemías si andaban armándose para irlo a destruir?
Para Nehemías estaba claro que estos hombres buscaban hacerle el mal. Pero eso no fue impedimento para que Nehemías fuera cortés, amable y diplomático con ellos. Por eso les envía mensajeros diciendo: “Yo hago una gran obra y no puedo ir, porque cesaría la obra dejándola yo para ir a vosotros".
Mira, no tenía por qué darles explicaciones, pero un hombre de Dios sabe ser amable y darle a los demás el beneficio de la duda, es decir, no siempre pensar lo peor de la gente, sino otorgarles un voto de confianza hasta que su maldad los exhibe y los evidencia, como veremos a continuación con Sanbalat y sus secuaces.
Pero antes déjame decirte algo importante que quiero que veas: casi siempre que estás cumpliendo con la tarea que Dios te ha mandado, vendrán distractores a tu vida. Ellos buscarán alejarte del propósito de Dios para ti.
A veces son cosas buenas. Uno piensa que solo las cosas malas nos alejan de Dios, pero ¿sabes? Las cosas buenas también pueden alejarnos de Dios si no estás bien enfocado en lo que Dios pide de ti. Hasta las cosas buenas te alejan de Dios.
Para que veas que esto es cierto, mira lo que dice Génesis 3:6, antes de la caída del hombre, cuando Adán y Eva están frente al árbol del fruto prohibido:
“Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella".
Dice que era bueno para comer, era agradable. Las cosas buenas también te pueden alejar del propósito de Dios. Un trabajo en el que ganas muy bien para mantener a tu familia, pero que te impide congregarte con tus hermanos en Cristo y crecer, o que te expone a una vida de pecado y perdición. Puedes pensar que la paga es buena, pero en realidad terminará con tu relación con Dios.
Somos muy propensos a distraernos con cosas buenas que nos distraen. La iglesia, por ejemplo, muchas veces queda atrapada en sus programas y no en lo verdaderamente importante. Tienen muchas actividades que son buenas, pero han dejado de compartir el evangelio y de hacer discípulos, que es el llamado principal.
Dice el versículo 4 que hasta cuatro veces siguieron insistiendo, y Nehemías se mantenía firme. Pero mira cómo el Señor recompensa la paciencia de sus hijos. El Señor saca a la luz las verdaderas intenciones de Sanbalat y los suyos.
Dice el versículo 5 que Sanbalat envió una carta abierta la quinta vez. ¿Por qué es importante que nos especifique que estaba abierta? Bueno, porque las cartas se enviaban cerradas con un sello para que nadie las pudiera leer, únicamente el destinatario. Pero al enviar una carta abierta, es una carta que todo el mundo iba a estar leyendo en el camino, y que se iba a esparcir el rumor por todas partes de lo que decía la carta.
Bueno, pero ¿cuál era el rumor que los enemigos de Nehemías estaban esparciendo? Observa el versículo 6:
“Se ha oído entre las naciones, y Gasmu lo dice, que tú y los judíos pensáis rebelaros, y que por eso edificas tú el muro, con la mira, según estas palabras, de ser tú su rey; y que has puesto profetas que proclamen acerca de ti en Jerusalén, diciendo: Hay rey en Judá. Y ahora serán oídas del rey las tales palabras. Ven, por tanto, y consultemos junto".
Nehemías ahora se da cuenta, y no le queda duda, de que solo buscan amedrentarlo. Pero no nada más amedrentarlo, sino que al decir estas cosas —y si esto llegase a oídos del rey— eso significaría la horca para Nehemías. Imagínate: traicionando la confianza de Artajerjes. No sería la primera vez que un hombre de confianza para el rey se volviera en su contra.
¿En qué predicamento está Nehemías? Todos estos mintiendo y amedrentándolo. Pero, ¿sabes? Este es el proceder de los que buscan hacerte mal: “Se ha oído entre las naciones…” Fíjate que dicen “que el otro día el pastor aquí y allá”. ¿Cómo que dicen? ¿Quién dice?
Casi siempre los chismes y las mentiras vienen cubiertos de anonimato. Que no te vengan con cuentos de “que dicen”, “que dijeron”, “que decían”. Siempre pregunta: “¿Quién dice?” Y si es posible, habla directamente con quien lo diga.
Nehemías sabe perfectamente que son puras mentiras, porque él no ha mandado a ningún profeta a proclamar nada parecido. Tú y yo necesitamos usar ese músculo que Dios puso entre nuestras orejas. Y cuando es evidente lo que están intentando hacer contra ti, llama las cosas por su nombre.
Aquí Nehemías ya no es diplomático, sino que le dice a Sanbalat: “Eres un mentiroso". Tenemos que aprender a llamar las cosas por su nombre: lo que nos hacen y lo que hacemos.
Verás, el resto de las cosas se resuelven cuando somos verdaderamente honestos. No es lo mismo decir: “Perdóname si en algo te he lastimado”, a decir: “Perdóname por haber dicho esto o lo otro, o por haberte llamado de tal manera solo porque me dejé llevar por la ira". Tenemos que llamar las cosas por su nombre.
Y cuando lo hacemos, a lo mejor no se resolverán todos los problemas, pero nadie te podrá decir que no fuiste honesto y que no buscaste ser humilde, porque al menos llamaste las cosas por su nombre.
¿Qué hace Nehemías? Él acude a Dios y le dice en el versículo 9: “Ahora pues, oh Dios, fortalece tú mis manos".
Y el Señor le permite reconocer las trampas que los enemigos han puesto para destruir.
Mira, me gusta Colosenses 1:9:
“Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios".
¿Por qué nos dice Dios esto? Porque mientras más conocemos a Dios, más y mejor entendemos sus caminos y lo que a Él le agrada.
Cuando todo está en tu contra, es mucho más sencillo tomar el camino fácil. Pero quienes alguna vez lo hemos hecho, invariablemente hemos tenido que vivir las consecuencias desagradables de nuestras malas decisiones.
El día de hoy la Palabra de Dios nos está invitando a escuchar la voz de Dios por sobre nuestra propia voz; a escuchar su voz por encima de todas las demás voces que nos quieren controlar; a que aprendamos a rendirnos a su voluntad y esperar en Él pacientemente. Pero esto solamente se da cuando creces en el conocimiento de Dios.
Esta historia no es tanto acerca de Nehemías como lo es acerca de Dios. Es Dios quien prometió que esa muralla sería reconstruida; es Dios quien finalmente lo hizo por medio de Nehemías.
Si quieres ser parte de la agenda de Dios, si quieres tomar parte en esos planes maravillosos y divinos que Dios tiene para su pueblo y ser parte de su historia, entonces comienza a escuchar su voz en todo momento y no te dejes llevar por lo que los demás te digan si contradicen al Señor.
La máxima autoridad sobre nuestras vidas es Dios por medio de su Palabra.
Termino con esta cita de Filipenses 2:14: “Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo, asidos de la palabra de vid".
Escrituras
Acerca de este Plan

¿Sabías que a Dios le place hacer su obra a través de las personas y quiere invitarte a participar de ella? ¿Te animas a dejar tu zona de confort para involucrarte en lo que Él te pida hacer? Jorge Salazar recorre la vida de Nehemías, quien pasó de ser el copero del rey de Persia a ser el líder de la reconstrucción de los muros de Jerusalén. Para esa misión debió superar distintos obstáculos, burlas, menosprecio y amenazas. Pero el Señor nunca lo abandonó y se impuso a todos sus enemigos con una obra maravillosa.
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Nos gustaría agradecer a Estudia La Palabra por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: estudialapalabra.com
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