Dolorosa Bendición: Cómo Enfrentar El Sufrimiento Con Fe, Esperanza Y GratitudMuestra

Alaba a Dios cuando la vida duele
De un día para el otro, la vida de Job cambió por completo. Pasó de ser la persona más feliz del mundo a ser la más miserable. Perdió su fortuna, sus diez hijos murieron tapiados por la fuerza de un huracán y, como si eso fuera poco, su cuerpo se llenó de purulentas llagas.
Lo más difícil de entender es que Job no merecía sufrir; el Señor mismo reconoce su bondad y se refiere a él como un hombre intachable y recto, temeroso de Dios y apartado del mal (Job 1:8). Entonces, ¿por qué Dios permitió que Satanás lo afligiera? ¿Acaso no lo amaba? ¿Quiere decir que Dios no nos ama a nosotros cuando permite que afrontemos aflicciones?
En una sociedad donde el mensaje cristiano se fundamenta en la buena salud, la prosperidad y la riqueza, los creyentes solemos pensar que estamos blindados o salvaguardados de las calamidades, creemos que nuestra lealtad será recompensada con bienestar y felicidad. Pero Dios nunca ha prometido inmunidad contra el sufrimiento. Jesucristo, el Hijo de Dios que vino al mundo a morir por nuestros pecados, les dijo a sus seguidores: «En el mundo tienen tribulación, pero confíen, Yo he vencido al mundo» (Jn. 16:33).
La corrupción del pecado se extiende como gangrena, y tarde o temprano todos enfrentaremos sufrimiento y muerte. Pero los cristianos sufrimos con fe en Jesús; y, aun en medio del dolor, alabamos a Dios. El día en que Job fue aguijoneado por la tragedia, cayó de rodillas y alabó:«Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. El Señor dio, y el Señor quitó; bendito sea el nombre del Señor» (Job 1:21–22).
¡Esta es la manera bíblica de sufrir! Job no se apartó de Dios ni le echó la culpa; aun en su tormentoso duelo reconoció Su soberanía y le adoró. Aunque se frustró buscando respuestas a su sufrimiento, lo soportó con paciencia, porque puso su esperanza en su Redentor.
Siglos antes de la venida de Cristo, Job demostró una fe inquebrantable cuando declaró:«Yo sé que mi Redentor vive, y al final se levantará sobre el polvo. Y después de deshecha mi piel, aun en mi carne veré a Dios; al cual yo mismo contemplaré, y a quien mis ojos verán y no los de otro. ¡Desfallece mi corazón dentro de mí!» (Job 19:25-27).
Sin duda, Job fue un héroe de la fe. Estas palabras las tengo subrayadas en mi Biblia. Me las repito con insistencia cuando el miedo viene a visitarme. La idea de una vida eterna junto a Dios me anima a ver las pruebas del presente como lo que realmente son:«leves y pasajeras» (2 Cor. 4:17).
Tu dolor y mi dolor tienen fecha de caducidad, pero la gloria que Dios ha prometido a todos los que han puesto su fe en Cristo es para siempre.
Tómate unos minutos para alabar a Dios por darte a Cristo. Luego, eleva una oración para que Dios te ayude a fijar tus ojos en Su gloria.
Acerca de este Plan

Una enseñanza errada sobre el sufrimiento puede llevar a las personas a apartarse de Dios cuando enfrentan la adversidad. Sin embargo, la Biblia enseña que Dios tiene un propósito bueno con nuestros padecimientos. Al meditar en los sufrimientos de Job y del Señor Jesús, aprenderás a sufrir con fe, esperanza y gratitud. Este plan de estudio fue tomado del libro Dolorosa bendición de la autora Liliana González de Benítez.
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Nos gustaría agradecer a Liliana González de Benítez por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.instagram.com/lilivivelapalabra









