Viendo Al InvisibleMuestra

¡No hubo preferencias!
La mano divina tomó la mano de Lot, de su esposa y de sus dos hijas para sacarlos del lugar que los había estancado y debilitado en su existencia y razón de ser. El relato bíblico lo describe con estas palabras:
"(...) y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados (porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos)" (2 PEDRO 2:7-8 RVR1960).
¡Qué impactante es ver cómo la misericordia de Dios se manifiesta sin hacer distinción! Lot, su esposa y sus hijas fueron tomados de la mano por el mismo Dios que cada mañana nos recuerda que su misericordia es nueva. Aquel amanecer, justo antes de rayar el alba, el Todopoderoso extendió su amor incondicional y tangible, tomándolos de la mano para rescatarlos de un destino de destrucción.
De la esposa de Lot no conocemos su nombre, pero sí conocemos el desenlace de su historia. Ella nos deja el ejemplo de alguien que, a pesar de estar tomada de la mano de Dios y tener la oportunidad de una vida nueva, no logró encontrar en su familia el propósito y el motor suficiente para soltar lo que dejaba atrás. Había invertido tiempo, energía y vitalidad en un lugar que, aunque la había desgastado, se había convertido en su zona de comodidad.
Su manera de pensar determinó su manera de vivir, y cuando llegó la hora de tomar la decisión más importante —escapar por su vida—, sus pensamientos se interpusieron entre ella y el futuro. La instrucción divina era clara: no mirar atrás. Sin embargo, su corazón quedó atrapado en el ayer.
La mujer de Lot nos recuerda que el pasado no resuelto tiene un poder paralizante. Ella miró hacia atrás, y en ese instante su futuro quedó detenido para siempre. Se convirtió en estatua de sal, insípida e inútil, incapaz de avanzar o de influir de manera positiva en su entorno.
Ahora bien, este relato no está en la Biblia solo como una advertencia histórica, sino como una enseñanza para ti y para mí. Tal vez hoy estés enfrentando algo similar. Quizás hay recuerdos que te persiguen, culpas que no has entregado a Dios, heridas que todavía sangran, o apegos que no has soltado. La instrucción de Dios hoy resuena con fuerza en tu interior:
¡Escapa! ¡Escapa por tu vida! ¡No mires atrás!
La voz de Dios no solo nos llama a huir del pecado y del dolor del pasado, sino a mirar hacia adelante con fe. Él sabe que, si seguimos atados a lo que ya pasó, no podremos abrazar lo nuevo que quiere darnos. El apego al pasado nos roba el presente y nos condena a vivir una vida sin sabor, como aquella estatua de sal.
Jesús lo expresó de manera contundente: "Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios" (SAN LUCAS 9:62 RVR1960).
Seguir a Cristo implica determinación. Significa tomar su mano, dejar atrás lo que ya fue, y avanzar hacia la plenitud que solo Él puede dar. La esposa de Lot tuvo la oportunidad de ser parte de una nueva historia junto a su familia, pero eligió mirar hacia atrás. Tú y yo tenemos hoy la oportunidad de elegir diferente.
El Señor no hace preferencias: así como tomó la mano de Lot y de los suyos, hoy quiere tomar también la tuya. Él desea guiarte fuera de aquello que ha debilitado tu vida, aquello que te estanca y te impide crecer. La decisión es tuya: ¿seguirás mirando atrás o permitirás que su gracia te lleve hacia adelante?
Pregunta para reflexionar
¿Qué cosas de tu pasado todavía te detienen y no te permiten avanzar hacia la vida plena que Dios preparó para ti?
Oración final
Señor amado, gracias porque tu misericordia es nueva cada mañana y porque hoy extiendes tu mano para rescatarme. Reconozco que muchas veces he mirado atrás y he quedado atrapado en recuerdos, culpas o temores. Hoy decido soltar lo que me ata y poner mi mirada en ti. Llévame hacia adelante, hacia la vida abundante que has preparado. En el nombre de Jesús, amén.
Escrituras
Acerca de este Plan

En este plan vamos a reflexionar sobre el poder de la mente y cómo nuestros pensamientos pueden impulsarnos hacia el futuro o atraparnos en el pasado. A través de la historia de la esposa de Lot y de su familia, aprendemos que mirar atrás puede robarnos la plenitud, que la mano de Dios siempre está dispuesta a rescatarnos, y que hoy es el día para soltar lo viejo y abrazar lo nuevo con una mente renovada.
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Nos gustaría agradecer a Willington Ortiz por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: willingtonortiz.org
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