CARTAS VIVIENTES: Mostrando a JESÚS con tu vidaMuestra

Cartas vivientes – Día 3

Ser cristiano no es llevar una etiqueta, sino ser una carta que otros leen. Pablo dice que somos cartas escritas por el Espíritu del Dios vivo, no con tinta, sino con el poder transformador de Cristo.

Job también lo expresó de otra manera: “De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven” (Job 42:5). Pasó de un conocimiento superficial de Dios a una experiencia personal. Esa vivencia lo convirtió en una carta viviente de la fidelidad de Dios.

Jesús mismo enseñó: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mateo 5:16). No se trata de aparentar religiosidad, sino de vivir de tal manera que nuestras acciones hablen más fuerte que nuestras palabras.

Tu vida es observada más de lo que imaginás. La gente puede olvidar tus frases, pero difícilmente olvida tu forma de vivir, tu manera de perdonar, de servir y de amar.

Si somos cartas vivientes, cada día es una página donde Dios sigue escribiendo su gracia. El mundo necesita leer esa carta: necesita ver en vos a alguien que refleja esperanza en medio de la oscuridad.

Habla con Dios y abrí tu corazón:
Señor, quiero ser una carta viviente que muestre quién sos. No permitas que mi vida contradiga lo que digo creer. Ayudame a que cada área de mi ser sea un testimonio de tu gracia y tu amor. Amén.

Te invito a pensar en lo siguiente:
¿Qué mensaje transmite tu vida a quienes te rodean?
Si alguien solo mirara tu manera de vivir, ¿vería a Cristo reflejado en vos?

Próximamente en el día 4: La mejor recomendación
Mañana veremos que así como recomendamos personas o cosas, nuestra vida recomienda a Cristo.