CARTAS VIVIENTES: Mostrando a JESÚS con tu vidaMuestra

No podés dar lo que no tenés – Día 1

En la vida espiritual, nadie puede dar lo que no tiene. Podemos hablar de Jesús, recomendar su amor o incluso repetir versículos, pero si no lo hemos experimentado en lo profundo de nuestro ser, tarde o temprano se nota.

El apóstol Pablo escribe: “Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres; siendo manifiesto que sois carta de Cristo, expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo”
(2 Corintios 3:2-3).

Esto significa que tu vida es la carta que los demás leen. Si Cristo no está escribiendo en vos, esa carta estará vacía. Jesús mismo dijo: “Separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5). Podés tener talento, palabras bonitas o buenas intenciones, pero sin la vida de Cristo dentro tuyo, no hay fruto verdadero.

A veces intentamos dar paz, consejo o esperanza, pero sentimos que no alcanzamos. Eso nos recuerda que primero tenemos que recibirlo de Dios. Nadie puede dar lo que no tiene: si querés transmitir amor, primero tenés que experimentar el amor del Padre; si querés dar esperanza, primero tenés que dejar que Cristo sea tu esperanza.

La fe no es teoría: es vida. Si buscás ser carta de Cristo, lo primero es dejar que Él escriba su obra en tu corazón. Solo así vas a poder compartir algo auténtico con los demás.

Habla con Dios y abrí tu corazón:
Señor, quiero que mi vida refleje lo que vos hiciste en mí. No quiero vivir de teorías ni de palabras vacías, sino de tu presencia transformadora. Escribí tu verdad en mi corazón y hacé de mí una carta viva que muestre tu amor al mundo. Amén.

Te invito a pensar en lo siguiente:
¿Qué parte de tu vida necesitás rendir a Dios para que Él escriba su obra en vos?
¿Tu testimonio refleja lo que decís creer?

Próximamente en el día 2: Un encuentro que lo cambia todo
Mañana veremos que nadie queda igual después de haber estado con Jesús.