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Encontrando a Jesús

DÍA 2 DE 3

Tengo Esperanza

Lucas 15:17-18 (RVR1960)

“Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti".

El reconocimiento es uno de los pasos más importantes para este encuentro con Jesús.

Solo un reconocimiento genuino de tu necesidad de Dios puede abrirte los ojos espirituales para que puedas verlo verdaderamente, y eso es lo que mirábamos el día anterior: la necesidad del salmista, comparándose con un ciervo y clamando a Dios: “¡Tengo sed, necesito de ti!”.

Puedo imaginar este momento, donde veo a este personaje gritándole a Dios con todas sus fuerzas que sacie todo su ser. ¡Qué hermosa imagen! ¿No lo crees?

En este día quiero hablarte de la esperanza, porque una vez que nosotros nos acercamos a Dios, aun con nuestra situación, nuestro dolor y nuestra culpa, a diferencia del mundo que puede decirte que estás perdido o perdida, Dios te dice: “Hay esperanza en mí”.

Hay algo hermoso que pasa cuando, en medio de todo, te encuentras con Jesús, porque Jesús es esperanza.

Personalmente, la historia del hijo pródigo es una de mis favoritas: un hijo que reclamó su herencia al padre, se va de su casa a vivir como él quiere, y luego regresa con la vida totalmente deshecha y, obviamente, sin la herencia (Lucas 15:11-16).

En el versículo 17 de este capítulo se nos dice que el hijo pródigo “volvió en sí”. Es decir, recapacitó acerca de todo y, aun con lo que había hecho, consideró acercarse a la casa de su padre, pensando: Bueno, aunque no me reciba como hijo, sé que puede recibirme como su trabajador, y mínimo, comida no me va a faltar.

La creencia profunda en Dios y la convicción de que Él puede hacer mucho más de lo que podemos entender o imaginar (Efesios 3:20), aun cuando parece incomprensible lo que nos sucede, son la esperanza. Posiblemente, el hijo pródigo pensó que presentarse ante su padre, aun con lo que había hecho, era una muy mala idea.

Posiblemente tú estés pensando que es mala idea acercarte a Dios, pero la esperanza es lo que te sostiene para ir a un encuentro con Jesús, y no solo eso, sino para verdaderamente encontrarlo, porque Jesús anhela ser encontrado.

Este día quiero animarte a que veas tu vida con esperanza y a ponerla a los pies de Jesús.

No estás en este mundo para perderte de este beneficio; no estás aquí para vivir una vida de tristeza, dolor y angustia. Dios nos promete que, aunque tengamos momentos duros, Él venció al mundo; Él fue encontrado.

Oración:

Jesús, quiero ver mi vida con esperanza. Quiero correr a un encuentro contigo, porque sé que solo tú tienes palabras de vida, que solo tú eres mi necesidad y que solo tú eres mi esperanza. En medio de un mundo que dice lo contrario, yo escojo verte a ti y creer en lo que has prometido. En el nombre de Jesús, amén.

Acerca de este Plan

Encontrando a Jesús

Este devocional de tres días tiene como objetivo encontrarnos de una manera cercana y personal con Jesús, sabiendo que todas nuestras heridas, fracasos y necesidades, Él puede llevarlas. El reconocimiento de que necesitamos a Jesús es la base para poder encontrarnos con Él y para que, en medio de cualquier situación, sus promesas sean nuestro sustento; eso lo encontramos por medio de la esperanza. Por último, una vez que te encuentres con Jesús, tu vida será transformada, y esa transformación merece ser contada, para que muchos puedan conocer el poder de Dios a través de tu vida.

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Nos gustaría agradecer a Ángeles López por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.instagram.com/angeleslopez90