Día Por Día Hasta Llegar a NavidadMuestra

Cercanía con los que están lejos

Saludos, un gusto.

Hoy ponemos atención en quienes están lejos o solos. La cercanía no siempre exige grandes recursos; una llamada, un mensaje o una visita breve pueden acercar calor humano donde hay distancia. Ser puente implica mirar a quien no está en la mesa y tomar la iniciativa para incluirlo.

La Escritura llama a compartir con los necesitados y a practicar la hospitalidad como forma de amor activo. Jesús identifica su rostro con el de los hambrientos y viajeros, enseñando que servir al otro es servirle a Él. La comunidad cristiana se define por el cuidado mutuo: llevar cargas, socorrer en necesidades y mostrar el amor como signo visible del discipulado.

Cuidar a los lejanos comienza con pequeñas decisiones: recordar fechas importantes, preguntar por su día, ofrecer ayuda práctica. La tecnología facilita acercarse, pero la presencia sincera sigue siendo insustituible. Pregúntate quién no ha recibido tu atención últimamente y considera barreras como orgullo, miedo o pereza; actúa a pesar de ellas. Incluir a otros en lo cotidiano refuerza tejido social y da sentido a la celebración.

• Haz una lista corta de tres personas que podrían sentirse solas o apartadas en esta temporada.
• Elige al menos una y decide un gesto concreto: llamar, enviar una tarjeta, llevar comida, invitarlos a una reunión sencilla.
• Si no puedes encontrarte en persona, programa una videollamada o deja un mensaje de voz personal.

Práctica para el día

• Lectura breve: medita en (Mateo 25:35-40) y deja que el llamado a servir te movilice.
• Acto de presencia: llama o escribe a la persona elegida y escucha más de lo que hablas.
• Oración activa: ora por esa persona durante tres minutos pidiendo que sienta cercanía y paz.

Preguntas

1. ¿Quién en mi entorno necesita cercanía hoy?
2. ¿Qué gesto concreto haré para acercarme a esa persona?
3. ¿Cómo puedo mantenerme presente para ella en lo sucesivo?