¡Vuelve a Soñar!Muestra

“Dios también sueña…”
“¿Alguna vez sentiste que no pertenecías, que fuiste un error?
Considero que tuve una infancia plena. Crecí con dos hermanos mayores, una madre amorosa y apasionada por su familia y un padre trabajador y servicial. Desde los seis años comenzamos a asistir a una iglesia cristiana y, aunque surgían detalles y problemas, siempre pude ver a Jesús como el centro de nuestro hogar.
Sin embargo, recuerdo que, en una conversación “casual”, mis padres dejaron entrever que yo había sido un accidente. Estoy seguro de que no lo dijeron con mala intención, pero algo en mi interior se quebró.
Como niño pensé: “Si no me planearon, quizá no me aman. Tal vez interrumpí sus planes. Quizá todo sería mejor si solo mis hermanos estuvieran aquí.”
Aunque no fue algo que me frenara en lo cotidiano, cada vez que esa herida era tocada, volvía a doler. No fue sino hasta después de algunos años que Dios me mostró la verdad: nada en mi vida es un accidente.
Tal vez te identificas conmigo. Puede que alguien te lo haya dicho, o quizá nunca lo oíste pero lo sientes: que fuiste un accidente para tu familia o que no hay un lugar para ti en este mundo.
Pero quiero decirte con toda certeza: jamás fuiste ni serás un accidente para Dios. Él pensó en ti, te creó y te dio un propósito eterno. El apóstol Pablo lo afirma: “Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás.” (Efesios 2:10 NTV)
Hoy terminamos este devocional acerca de la bendición de poder soñar juntos y vivir alineados a los maravillosos propósitos de Dios, y estoy seguro que no hay mejor manera de cerrar este tiempo especial que respondiendo: ¿cuál es el sueño de Dios?
Y la respuesta es simple pero totalmente profunda: Eres tú. Tú eres lo que Dios soñó y anheló desde antes de la creación de todo el universo… Dios consideró que tu vida cerca de su corazón era su sueño más importante. No importa dónde estuviste, lo que hiciste o no hiciste, ¡tú eres el sueño de Dios! Y ese sueño fue materializado en la persona de Jesús. Su muerte y su resurrección son la prueba completa y perfecta de que Él cumplió su sueño completo de encontrarte y acercarte a Él.
Esa verdad debe traer esperanza, seguridad y descanso a tu corazón y al corazón de cada una de las personas que te rodean.
Reflexiona:
- ¿Qué cambia en mi manera de soñar y vivir el creer de corazón que soy la obra maestra de Dios?
- ¿Cómo puedo recordarle a alguien cercano que también es el sueño de Dios y tiene un propósito eterno?
Oración: Señor, gracias porque en ti no soy un accidente. Tú me pensaste, me formaste y me diste propósito. Ayúdame a vivir cada día valorando y disfrutando de tu amor, caminando en tus propósitos perfectos y eternos.
Escrituras
Acerca de este Plan

Todos tenemos sueños: metas y anhelos que hacen vibrar nuestro corazón. A veces creemos que son demasiado grandes o imposibles de alcanzar. Pero fuimos creados a imagen de un Dios que sueña y hace cosas extraordinarias. Este plan de tres días te invita a volver a soñar, a redescubrir el valor de tus sueños y a recordar que tu vida misma es parte del gran sueño de tu Padre celestial.
More
Nos gustaría agradecer a Alex Carrera por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: diosestaaqui.net









