¡Vuelve a Soñar!Muestra

“Soñar es tu esencia”
Desde niño siempre soñé con volar. Me fascinaba la idea de moverme libremente por los aires y llegar rápido a cualquier lugar. Ese sueño vuelve con fuerza cada vez que estoy atrapado en el tráfico de la ciudad.
Hoy, al ver a mi hijo León de 4 años maravillarse con las aves, descubro que él también sueña con volar. Y como papá me llena de alegría ver cómo, aun siendo pequeño, ya guarda en su corazón anhelos y sueños.
Los sueños no solo nos satisfacen cuando se cumplen o los vemos materializados, la ilusión empieza desde que bajan de la mente al corazón.
¿Tienes sueños? Si es así, piensa en ese sueño más fuerte, aquel por el que te despiertas, trabajas y te esfuerzas todos los días. Algo por lo que oras día y noche, tal vez hasta has llorado y clamado por eso.
Quiero hacerte otra pregunta: ¿Puedes alcanzar ese sueño solo con tus fuerzas, o necesitas que Dios intervenga?
Creo saber la respuesta y creo que tu también: por supuesto que necesita la intervención de Dios y, de hecho, esa es la esencia de nuestros sueños. Necesitamos que sea Él quien acomode las piezas del rompecabezas para que eso suceda.
El apóstol Pablo nos recuerda: “Y ahora, que toda la gloria sea para Dios, quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir o incluso imaginar mediante su gran poder que actúa en nosotros.” (Efesios 3:20 NTV)
Me encanta pensar que nunca podremos ganarle a Dios en soñar cosas maravillosas. Es decir, nuestra imaginación es limitada y, por más que imaginemos y hagamos planes buenos y maravillosos, nosotros y los nuestros, jamás lograremos siquiera acercarnos a lo increíbles que son los planes y sueños de Dios para nuestra vida.
Tus sueños son valiosos porque soñar es parte de haber sido creado a imagen de Dios. Sin embargo, Él tiene planes aún mayores de lo que puedes imaginar. Abraham soñaba con un hijo, pero Dios le regaló una descendencia incontable como la arena del mar (Génesis 22:17).
Pon hoy tus sueños en manos de Dios. Ora con gratitud y humildad, confiando en su poder. Él abre puertas, cambia destinos y transforma lo ordinario en extraordinario.
Reflexiona:
- ¿Qué sueño guardo en mi corazón que necesito entregar hoy a Dios para que Él lo lleve más allá de lo que imagino?
- ¿De qué manera puedo recordar diariamente que los sueños de Dios para mí siempre son más grandes que los míos?
Oración: Señor, hoy pongo mis sueños en tus manos. Creo que Tú puedes hacer mucho más de lo que imagino. Llévame de lo ordinario a lo extraordinario en tu voluntad.
Escrituras
Acerca de este Plan

Todos tenemos sueños: metas y anhelos que hacen vibrar nuestro corazón. A veces creemos que son demasiado grandes o imposibles de alcanzar. Pero fuimos creados a imagen de un Dios que sueña y hace cosas extraordinarias. Este plan de tres días te invita a volver a soñar, a redescubrir el valor de tus sueños y a recordar que tu vida misma es parte del gran sueño de tu Padre celestial.
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Nos gustaría agradecer a Alex Carrera por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: diosestaaqui.net









