Hallando paz y gozo en las tormentasMuestra

DÍA 2.

Lectura: Filipenses 4:6-7

Este es uno de mis versículos favoritos: Filipenses 4:6-7. Creo que he vivido muchos momentos de temor, ansiedad y dificultad. ¡Qué bendición ha sido contar con un versículo como este! En él encontramos una especie de clave para vivenciar la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento.

A la carta a los filipenses se le conoce como la carta del gozo, pues fue escrita por el apóstol Pablo mientras se encontraba en prisión. Sí, en esas circunstancias, fue escrita y a toda circunstancia aplica este hermoso pasaje práctico. Te invito a que luego leas por completo la carta y sigas profundizando en el mensaje de descansar y gozarnos en nuestra relación con el Señor.

Para este tiempo devocional me gustaría dividir estos versículos en 3 partes. Veámoslo juntos:

“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego (...)”. Filipenses 4:6

Cada vez que nos sintamos afanados, preocupados, ansiosos, la invitación es a llevar todas estas situaciones y peticiones ante Dios en oración.

¡Ora primero! Te invito no solo a hacerlo primero, sino de forma constante en tu diario vivir. Ora sin cesar.(1 Tesalonicenses 5:17)

En dificultades tendemos a ir primero al vecino, al amigo/a, al mentor, al líder, a la mamá, al psicólogo, a … todos menos al Señor. Puede que dejemos la oración como la opción final cuando esta debe ser la primera.

Hoy lleva tus cargas primero al Señor con toda oración y ruego. Derrama tu corazón delante del Señor, entra confiadamente ante su presencia y descansa en Él.

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. Mateo 11:28-30

Ahora veamos la segunda parte en la que hemos dividido este pasaje:

“(...) con acción de gracias”. Filipenses 4:6

¿Sabías que es imposible estar ansioso y agradecido al mismo tiempo? Me encanta cuando la Biblia tiene escrito algo que los científicos encuentran siglos después. Un estudio de neurociencia afirma que nuestra mente no puede enfocarse en información positiva y negativa al mismo tiempo. Si practicamos el ser agradecidos con Dios en todo tiempo, a pesar de las circunstancias difíciles, nuestra mente también estará más tranquila.

No se trata de hacernos la vista gorda con las cosas negativas que suceden, se trata de enfocarnos con gratitud en quien es la respuesta. Hoy confía en sus promesas, con gratitud ante lo que ha hecho en tu vida, lo que hace y lo que hará bajo su voluntad buena, agradable y perfecta.

La palabra nos invita a pensar en “todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” (Filipenses 4:8).

Bien, entremos en la parte final del día de hoy, el versículo 7:

“Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”. Filipenses 4:7

Llevar nuestras cargas en oración al Señor, ser agradecidos con quién es Él, lo que ha hecho, hace y hará; meditar confiando en sus promesas y mantener nuestros ojos puestos en el Dios Todopoderoso, que nos ama con amor eterno, nos lleva a encontrarnos con el Príncipe de paz. Sea Dios guardando tu mente y tu corazón en Cristo Jesús de una forma especial.

Encuentros diarios con el Príncipe de Paz transforman nuestra vida.

ORACIÓN:

Señor Jesús, gracias porque por tu gracia puedo entrar confiadamente ante tu presencia para hallar oportuno socorro. Hoy vengo delante de ti con mis cargas. Tú conoces mi corazón y ves todo lo que estoy viviendo. Las pongo delante de ti y descanso en tu amor. Gracias porque tú nunca me dejas, porque eres un Dios fiel y puedo confiar en ti. Toma el control de mi situación. Te la entrego. Confío y descanso en tus promesas. Te alabo porque para siempre es tu misericordia. Gracias. En el nombre de Jesús, amén.