Corazón de siervoMuestra

Día 1: El reflejo de un corazón de siervo

Este devocional nace en medio de una temporada en la que Dios me está enseñando lo que significa tener un corazón de siervo. En este proceso, descubrí que el servicio no es solo una tarea, sino un estilo de vida que refleja a Jesús y enciende el corazón, porque Él nos está usando. Mi deseo es que, al otro lado de estas palabras, tú también puedas experimentar ese gozo y esa plenitud que vienen de rendirle tu vida al Señor, a través del servicio.

Cuando pensamos en la palabra “siervo”, quizá la asociamos con algo negativo: ser de menor rango, ser usado, ser despreciado. Pero, en Dios, no es así. Para Él, ser siervo no significa esclavitud en el sentido humano, sino una entrega voluntaria, amorosa y obediente a quien nos creó.

Jesús nos dejó el mejor ejemplo: siendo Dios, no vino para ser servido, sino para servir. Él redefinió la grandeza y nos enseñó que servir es amar (Mateo 20:26-28).

En mi vida, el servicio fue lo que más me acercó a Dios. Recuerdo momentos en los que dije “sí” sin saber qué iba a hacer, sin tener todos los recursos, sin ver resultados inmediatos. Sirviendo en lo pequeño, en lo oculto, en lo que parecía insignificante, descubrí que ahí estaba Dios aún más. Fue en esos lugares donde experimenté el gozo de caminar con Él.

Y aprendí algo: cuando nos enfocamos en servirle, Él se encarga de lo demás.

Te animo a que puedas experimentar lo mismo: que pongas tu mirada en Su reino y en servirle, confiando en que las demás cosas serán añadidas por Él (Mateo 6:33).

Dios espera que seas Su siervo, pero no perfecto; sí con un corazón dispuesto y rendido ante Él.

Te invito a que podamos hacer una oración juntos:

Señor, enciende en mí un corazón de siervo, dispuesto y rendido. Quiero vivir un estilo de vida que refleje a Jesús en todo lo que haga, no buscando reconocimiento, sino entregándome a lo que quieras hacer a través de mí. Enséñame a confiar en que, mientras te sirvo, te encargas de todo lo demás. Gracias por tu amor inagotable. Amén.