Atesorando Sabiduría - La fortuna de escuchar a DiosMuestra

Verdad

En este capítulo, Jesús sana a un hombre que era ciego de nacimiento, demostrando que Él es la luz del mundo de una manera muy tangible. Lo que sigue es una increíble investigación por parte de los fariseos, quienes se niegan a aceptar el milagro. La historia nos muestra un contraste irónico y poderoso: mientras que el hombre ciego comienza a "ver" física y espiritualmente, reconociendo a Jesús como el Hijo del Hombre, los fariseos, que creían "ver", se vuelven espiritualmente más ciegos, aferrándose a su incredulidad.

Equipamiento

Este pasaje nos equipa para reconocer y adorar a Jesús, con una fe humilde. Nos forma para ser como el hombre sanado, cuya experiencia personal con Jesús lo llevó a una fe valiente y a una adoración simple y directa, incluso frente a la oposición y la excomunión.

Al corazón

¿Estoy dispuesto a testificar, como el ciego sanado, de lo que Jesús ha hecho en mi vida, aún frente a la oposición?

¿Permito que mi fe en Cristo transforme cómo veo a Dios, a mí mismo y a los demás?

Misión

Hoy, te invitamos a compartir tu testimonio. Reflexiona sobre algo específico que Jesús haya hecho por ti: cómo te ha revelado la verdad o te ha brindado sanación. Agradece a Dios por esa experiencia y adora con gratitud. Luego, comparte tu testimonio de manera sencilla con alguien: "Antes era ciego en esta área, pero ahora, gracias a Jesús, veo con claridad".