Atesorando Sabiduría - La fortuna de escuchar a DiosMuestra

Verdad

En el capítulo 24, se contrasta la sabiduría con la envidia y la pereza. El autor nos advierte que no debemos envidiar a los malvados ni desear su compañía, y nos presenta un principio fundamental: “Con sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará”. Además, nos llama a no ser indiferentes ante la injusticia y a no alegrarnos por la caída de nuestros enemigos. Finaliza con una imagen del campo del hombre perezoso, cubierto de espinos y ortigas, que refleja las consecuencias de la negligencia.

Equipamiento

Este pasaje nos equipa para ser edificadores diligentes y compasivos. Nos inspira a construir nuestra vida, nuestra familia y nuestro trabajo sobre el fundamento sólido de la sabiduría y la prudencia. Nos forma para ser personas que, en lugar de alegrarse por la caída de otros, muestran compasión y buscan la justicia. Y enseña a aprender de las consecuencias de la pereza y a cultivar una vida de diligencia y previsión.

Al corazón

¿Estoy usando mi influencia y recursos para levantar a otros o solo para mis propios intereses?

¿Cómo reacciono ante la caída de quienes me han hecho mal? ¿Con gozo o con misericordia?

Misión

Hoy te invitamos a reflexionar sobre un área de tu vida que necesite atención o que hayas descuidado, ya sea un hábito, tus finanzas o una relación. Tómate un tiempo para trabajar en esa área con sabiduría y diligencia. Este pequeño acto de edificación no solo transformará tu entorno, sino que también honrará a Dios y te ayudará a tomar decisiones más sabias en el futuro.