Lo Que Nadie Podía SanarMuestra

Día 1: El comienzo de tu sanidad.
¿Alguna vez has tenido algo escondido en tu corazón, así como una herida que no le cuentas a nadie? Puede ser algo que te sucedió en el pasado, algo que escuchaste, sentiste, viste, experimentaste, o tal vez, algo que estás viviendo hoy… Pues quiero dejarte saber que en este preciso momento Jesús quiere hablarte y hacerte ver el panorama que enfrentas, pero esta vez, desde su mirada.
Considero que las peores enfermedades no son la diabetes, los resfriados, entre otros. Lo son:
- La falta de perdón.
- El vivir alejado de Dios.
- Creer que ya todo está perdido.
- No confiar en sus promesas.
- Vivir en la conformidad, sin buscar un cambio.
Para sanar debemos querer ser sanados. Hoy quiero compartir una historia, una historia de sanidad y salvación. Es la de una mujer que llevaba doce años enferma, recurriendo a médicos sin obtener ningún resultado. Probablemente, esta llegó a pensar que en su vida no habría un cambio y que permanecería en esa condición al no ver algo diferente pasar. Esta mujer padecía de flujo de sangre. Ella no tan sólo estaba sufriendo una condición física desgarradora, sino una fatiga en lo profundo de su corazón. Pues en ese tiempo, una mujer con una enfermedad como esta era marginada, rechazada, y era vista como una abominación. Qué bueno saber que, aunque el mundo quiera construir sobre ti ciertas etiquetas por lo que padeces o has vivido, Dios te ve con amor.
Así que, ¿cuál es tu condición hoy? ¿Qué es aquello que te persigue, cargas, no superas y te drena? ¿Qué es aquello que te hace pensar que no hay un cambio para ti y que todo seguirá igual? Así como lo hizo en ella, hará algo grandioso en ti, y pronto compartirás tu historia.
Oración:
Jesús, estoy agotado(a) de no ver resultados diferentes. Tengo mi corazón estancado, pero he escuchado que me amas y que puedes hacer algo en mí. Aquí estoy, enséñame a confiar en ti.
Escrituras
Acerca de este Plan

A través de este Plan podrás recorrer un camino de completa sanidad. Pues aquello que crees que incluso es muy difícil de eliminar, Dios ya lo ve como una oportunidad para derramar su poder y su amor en ti. Sin importar quién seas, cómo te sientas o lo que hayas hecho, Jesús quiere sanarte… ¿Estás listo(a)?
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Nos gustaría agradecer a Daliz M. Ortiz Rivera por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: www.daalizortiz
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